Brasil tiene más de ocho mil kilómetros de
fronteras marítimas. Las zonas costeras del país son patrulladas por
submarinos diesel eléctricos de la Armada brasileña, construidos sobre
la base de proyectos alemanes. Al parecer, portamisiles atómicos de
otros países no amenazan a Brasil y sus yacimientos de la plataforma
continental pueden ser custodiados por submarinos convencionales.
Sin
embargo, Brasil tiene cada vez mayores intereses geopolíticos y el país
se contempla como uno de los estados más importantes del Atlántico Sur,
señala el vicepresidente de la Academia de Problemas Geopolíticos,
Konstantín Sivkov:
–Brasil
forma parte del grupo BRICS. Los dirigentes brasileños comprenden que a
medida que Brasil empiece a ampliar su influencia, tendrá que proteger
sus intereses nacionales y sus negocios en zonas alejadas, y para ello
le hará falta una flota. Para garantizar su accionar en toda la zona del
Atlántico Sur necesitará submarinos atómicos. Según algunos datos,
necesitaría cuatro o cinco sumergibles atómicos.
Además,
Brasil tiene previsto incrementar la cantidad de portaaviones. Sus
Fuerzas Navales disponen de un solo portaviones, el exFoch francés,
capaz de resolver un círculo estrecho de misiones.
Este buque no
responde a las demandas de la actualidad. Su parque aéreo está
representado por solo veinte aviones tipo Skyhawk. Son viejos aviones de
asalto norteamericanos de los tiempos de la guerra vietnamita. Es
probable que en Brasil se construyan otros dos portaaviones, lo que le
permitirá defender sus intereses en las regiones alejadas del Atlántico
Sur.
Para Brasil es algo muy importante, más aún que EEUU ya ha
reactivado su Cuarta Flota, en cuya zona de responsabilidad se encuentra
América del Sur. Muchos expertos consideran que Estados Unidos ha
perdido completamente el control sobre América del Sur. Algunos países
que aún mantienen allí una orientación pronorteamerican a, no desempeñan
ningún papel clave, apunta Konstanrín Sivkov:
–Brasil,
Argentina y Venezuela constituyen el esqueleto de países más poderosos
de la región y practican una política exterior e interna independiente
de EEUU. Por eso los norteamericanos intentan ahora restablecer su
control.
Para ello inspira el caos económico y el desorden en Venezuela,
según el modelo de la primavera árabe y Ucrania. En otras regiones es
más difícil hacerlo porque no existen las condiciones para ello. Y en
las aguas sudamericanas EEUU, sin excluir la posibilidad de disuasión
militar, reactiva su Cuarta Flota.
Brasil y
Francia firmaron un acuerdo de cooperación en materia de construcción de
submarinos aún en 2008. Y en 2009 la compañía brasileña Odebrecht, que
se especializa en proyectos de defensa y seguridad, y la francesa DCNS
sellaron un contrato para la construcción de cuatro submarinos diesel
eléctricos clase Scorpène y asimismo para la proyección conjunta de
elementos convencionales del prometedor submarino atómico.
La
participación de la compañía DCNS en este proyecto se limita a la
asistencia en el montaje del casco del portaaviones y al equipamiento de
los compartimientos no atómicos del sumergible. Según informaciones
abiertas, el submarino brasileño estará equipado con sistemas franceses
de guiado del fuego y sonares del Grupo Thales. No obstante, los
especialistas estiman que Francia difícilmente entregue tecnologías
modernas. Lo más probable es que se entreguen tecnologías de la
generación anterior.
Foto: Marinha do Brasil

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