Históricamente en Rusia los aviones reciben el nombre de su creador, concretamente del despacho de ingeniería en el que se diseñan, mientras que las cifras corresponden al modelo. Además, los números impares corresponden normalmente a los cazas, los aviones de asalto y los interceptores, aunque existen excepciones a la norma, como el bombardero Tu-95 o el avión de transporte An-125.

Si tomamos como ejemplo el caza Su-27, “Su” es una abreviatura del nombre del despacho de ingeniería Sujói, mientras que 27 equivale al número del modelo.

A menudo, tras las cifras encontramos letras. En primer lugar, aparece la letra “S”, que significa que el avión se fabrica en serie. Después, a medida que el modelo se va desarrollando y modificando, aparece la letra “M”, que significa que está “modificado”. Esta letra puede ir seguida del número de la modificación. Por ejemplo, Su-27SM3.
 Además, podemos encontrar la letra “K”, que significa “comercial”, es decir, sujeto a la exportación. Las letras “UB” significan uchebno-boyevói (“de prácticas de combate”), y la letra “P” significa que el avión ha sido transformado en interceptor. 

Cuando se crea un caza basado en un bombardero o totalmente desde cero, las cifras de su denominación también cambian. Por ejemplo, el bombardero de frente basado en el Su-27 recibió el nombre Su-34, mientras que el avión de generación 4++, que incorpora una modificación integral respecto al Su-27, se llamó Su-35 

Un blindaje resistente 

Independientemente del despacho de ingeniería y de la fábrica en los que se diseña y se construye un vehículo, existe el índice universal “T” que significa “tanque”. A continuación figura el año en el que el producto está listo para formar parte de las tropas. 

El tanque T-72 comenzó a utilizarse en 1973, el T-64 y el T-62 a principios de los años 60. Antes de comenzar a utilizarse en las tropas, todos los tanques se llaman obiekt seguido del índice de la fábrica. Por ejemplo, el nuevo tanque ruso Armata por ahora se llama obiekt 148, pero cuando comience a utilizarse en las tropas se llamará oficialmente T-14, ya que el prototipo de este tanque se presentó a la comandancia militar en 2014. 

En lo que respecta a las letras que aparecen tras las cifras, sucede lo mismo que con los aviones, aunque debido a la gran cantidad de modificaciones en este sector, además de la letra “M” aparecen las letras “A” y “B”, o incluso la “U” en caso de una modificación global. Además, “K” significa “tanque de comandancia”, y “S” significa “de exportación”. 

Cabe señalar que el tanque más vendido del mundo desde 2001 hasta 2010, el T-90,  adquirió este nuevo nombre únicamente por orden del gobierno del país de aquel momento. En esencia, este tanque es una modificación del T-72 y debería haberse llamado T-72BU.



La artillería posee unas denominaciones bastante específicas. Todos los sistemas cuyos nombres que comienzan por “9K” disparan misiles y proyectiles reactivos (lanzacohetes), mientras que todos los nombres que comienzan por “2S” corresponden a artillería autopropulsada; los que comienzan por “2B” suelen ser morteros y vehículos de combate con sistemas de artillería.

La situación del armamento de misiles y de la defensa antiaérea es más complicada. Este tipo de armamento suele ir incorporado en un sistema determinado, y el nombre de este sistema a menudo está representado por un índice específico que raras veces se encuentra en las publicaciones populares. Por ejemplo, el sistema antiaéreo S-300 posee radares, sistemas de seguimiento e iluminación de objetivos, distintos misiles, máquinas de carga, etc. En los sistemas S-300 y S-400,  las cifras que aparecen tras la letra “S” hacen referencia a su alcance máximo.

Además de las denominaciones formadas por letras y números, algunos tipos de armamento también reciben nombres siguiendo otras costumbres: por ejemplo, por la asociación que evoca una u otra arma, como el sistema de defensa aérea portátil “Iglá” (aguja), “Strela” (flecha). 

Algunos desarrolladores crean series enteras en las que cada modelo recibe un nombre dentro de un mismo campo semántico. Por ejemplo, existe una serie de cañones autopropulsados que, además de las letras y las cifras, posee nombres de flores: “Pión” (peonia), “Guiatsint” (jacinto), “Tiulpán” (tulipán) o “Jrizantema” (crisantemo): además de sonar bien, se recuerdan fácilmente.

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