Prototipo del submarino S-80.
Los mandos están hartos de que el proyecto sólo sea noticia por fallos, mala gestión, chapuzas…
En la Armada empieza a acabarse la paciencia
con el submarino S-80. A los retrasos acumulados, fallos de diseño y
mala gestión general del proyecto, se le unen las surrealistas
situaciones que han rodeado al buque en los últimos años. La última, el
robo de 70 baterías en Zaragoza, ha terminado en bronca.
“No puede ser posible que todas las informaciones y noticias que salen a la luz pública sobre el futuro S-80 sean nefastas para la imagen de la Armada”. Así lo asegura un oficial general de la Armada a El Confidencial Digital.
Según ha sabido ECD, las noticias sobre el robo de 70 baterías destinadas al S-80 ha provocado el enésimo cabreo en el Cuartel General de la Armada
con el proyecto. Estos sistemas se encontraban almacenados en una nave
de Burgo de Ebro (Zaragoza) a la espera de ser incorporadas a los futuros submarinos –que se fabrican en Cartagena-.
Las baterías fueron sustraídas presuntamente por dos vecinos de Zaragoza, de 28 y 49 años. Otras tres personas fueron detenidas por comprar parte del material robado –algunas de las baterías fueron halladas en plantas de reciclaje de material, parcialmente desmontadas-.
Un proyecto ‘gafado’
Entre los mandos de la Armada consultados nadie da crédito a este “grotesco” suceso.
Existe, dicen, la opinión generalizada de que se trata de un proyecto
cuestionado desde el principio, e incluso algunos hablan de que está “gafado”, pues no se explican tantos contratiempos “y algunos más que no se han hecho públicos” advierten.
Cabe recordar que el proyecto ha tenido que ser rediseñado debido al fallo detectado en la fase de producción del primero de los submarinos, que provocaba que el buque tuviera problemas de flotabilidad. Tras contratar a una empresa norteamericana, se llegó a la conclusión de que habría que alargar su eslora 7 metros para poder cuadrar el diseño.
Navantia ha abierto una investigación interna
Por otra parte, según confirman fuentes internas de la empresa que fabrica el S-80, Navantia ha iniciado una investigación interna
–se desconoce si a petición expresa de la Armada- para determinar qué
pudo fallar para que se produjese el robo de este material sensible.
Según explican estas voces, al parecer se produjeron errores durante la cadena de custodia de dichas baterías, que deberían haber permanecido bajo vigilancia durante su almacenamiento.
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