Las Tropas de Defensa Aeroespacial han finalizado las pruebas del
sistema optoelectrónico de reconocimiento de objetos espaciales Oknó
(“ventana”, en ruso), situado en Tayikistán. Antes de 2018 se planea la
instalación de más de 10 complejos de control del espacio ultraterrestre
de última generación. Los primeros de ellos se construirán en las
regiones rusas de Altái y Primorie.
Según el coronel Alexéi Zolotujin, del
servicio de prensa e información de las Tropas de Defensa Aeroespacial, el sistema mejorado “permitirá controlar toda la franja de órbitas de los
objetos astronómicos. Además, las posibilidades de descubrir objetos especiales
y procesar información, así como el rendimiento general de Oknó, se han
multiplicado considerablemente”, informa la agencia Interfax.
El complejo optoelectrónico Oknó es parte de un sistema de control del espacio
que a su vez forma parte del sistema unificado de información ruso para el
seguimiento global de la situación en el espacio ultraterrestre. En él figuran
también el Sistema de Prevención de Ataques de Misiles y las unidades de
defensa antiaérea y de misiles. Inicialmente estaba formado por diez
telescopios situados dentro de unas cúpulas plegable. Una undécima cúpula de
menor tamaño se utilizaba para albergar los aparatos de medición.
El sistema optoelectrónico (unión de sistemas
ópticos y electrónicos) es capaz de descubrir y controlar objetos espaciales en
órbitas comprendidas entre los 2.000 y los 4.000 kilómetros (hasta la órbita
geoestacionaria). El inicio del funcionamiento de las nuevas estaciones de
radar ha ampliado la capacidad para
controlar el espacio ultraterrestre. Anteriormente, los objetos que se
encontraban en órbitas más altas no entraban en la zona de control de los
radares rusos.
El
sistema ha sido modernizado y el 1 de diciembre de 2014 comenzará a utilizarse
en el Ejército. A las estaciones existentes del complejo se han añadido cuatro
nuevas. Además, la efectividad del complejo se ha visto incrementada por la
posibilidad de funcionar de modo independiente, sin la participación de
operadores, para informar sobre nuevos objetos en tiempo real.
También se ha llevado a cabo la instalación de
equipos de detección de TV de última generación compatibles con modernos
equipos de computación que utilizan materiales de fabricación rusa, lo cual
descarta la dependencia de componentes extranjeros.
El complejo se basa en la exploración del
cielo mediante telescopios ópticos y
también en el análisis de la información
recibida por parte de unos sistemas informáticos que filtran la luz de las
estrellas según criterios de velocidad, luminosidad y trayectoria. Los datos se
procesan, se controlan y se registran. A día de hoy, en la base de datos de
Oknó figura información sobre 9.000 objetos astronómicos.
La ubicación del complejo optoelectrónico en
las montañas de Sanglok (en Tayikistán), a una altura de 2.200 metros, no es
casual. Aquí el cielo nunca está
cubierto de nubes, algo que contribuye a que la exploración del espacio sea
enormemente eficaz.
En una entrevista para un corresponsal de Estrella
Roja, el director del Centro Principal de Control del Espacio, el coronel
Nikolái Nestechuk, declaraba: “Sin duda, en número de horas de noches claras,
Nurek (el lugar donde se encuentra la base del sistema Oknó) es una de las
mejores regiones del mundo. En Rusia no existe ninguna región igual”.
A pesar de que el sistema optoelectrónico Oknó
se encuentra en funcionamiento desde el año 2002, la cuestión de la propiedad
del complejo no se regularizó hasta 2004, durante una visita de Vladímir Putin
a Tayikistán. En 2005, los detalles legales resultaron aclarados y el sistema de
control espacial Oknó pasó a ser propiedad de Rusia.
Según Alexéi Zolotujin, la creación de nuevas
estaciones optoelectrónicas permitirá ampliar la franja orbital controlada y
los nuevos complejos podrán ver objetos de tamaño dos o tres veces menor que los
que se pueden reconocer ahora.
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