(Autor: forsvarsmakten) |
Tradicionalmente, Suecia ha
sido un país que ha hecho gala de su neutralidad, manteniéndose al
margen de los grandes conflictos. Pero la actitud beligerante de Rusia
también está cambiando esta postura.
Para protegerse de los buques y aviones rusos que circulan últimamente por la región del mar Báltico,
Suecia ha firmado un acuerdo de cooperación militar con Polonia, un país miembro de la OTAN. El ministro de Defensa polaco, Tomasz Siemoniak,
ha descrito la coyuntura de la siguiente manera: “antaño un mar de paz,
el Báltico se ha convertido en un mar de peligro”, dijo tras el
encuentro con su homólogo sueco, Peter Hultqvist.
En abril de 2015, Suecia también llegó a un pacto con Islandia, Dinamarca, Noruega y Finlandia,
ya que todos los países nórdicos están preocupados por los movimientos
rusos, “el mayor reto para la seguridad europea”, tal y como dijeron en
una declaración conjunta; “hay un aumento en la actividad militar y de
inteligencia en el Báltico y en nuestras regiones del
norte.
Las Fuerzas Armadas rusas nos desafían a lo largo de nuestras
fronteras, que ya han sido infringidas varias veces”. Además, el
Gobierno sueco se está planteando incrementar su presupuesto de Defensa ante la posibilidad de tener que llegar al conflicto armado.
Suecia ha participado en ejercicios militares liderados por la OTAN en
España y en el mar Báltico. No es de extrañar que la opinión pública
del país sea cada vez más favorable a su ingreso en la Alianza
Atlántica: según una encuesta de este mismo mes, la apoyan el 41 % de
los suecos, frente al 39 % que mantiene su postura en contra… y eso a
pesar de que el embajador ruso en Suecia ha advertido a Estocolmo de las “consecuencias” que podrían sufrir si decidieran unirse a la OTAN.
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