El aumento en 25.000 dólares en el costo estimado del
proyecto de un nuevo bombardero estratégico estadounidense se debe a un
error humano, según mandos de la Fuerza Aérea.
El incremento
en un 76 por ciento del coste de un nuevo bombardero estratégico –desde
los 33.100 millones de dólares inicialmente previstos hasta los 58.200
millones para los años fiscales del 2015 al 2024– provocó las preguntas
de los legisladores estadounidenses la semana pasada.
"La diferencia se debe parcialmente a un error humano y a un error de
procesamiento; es decir, un par de personas se equivocaron en los
cálculos y el proceso de coordinación no se ha llevado a cabo plenamente
en este caso", explicó la secretaria de la Fuerza Aérea, Deborah Lee
James, citada por 'The Fiscal Times'.
"Nos sorprendimos también cuando nos señalaron que la suma parecía
haber aumentado porque hemos usado la misma cifra", afirmó el jefe del
Estado Mayor de la Fuerza Aérea, el general Mark Welsh.
El portal We Are The Mighty destacó que este no es el primer caso en que la Fuerza Aérea emplea el "método de ventas con señuelo engañoso destinado a atraer a la clientela".
Entre ellos figura el del caza polivalente F-35, que se ganó la fama del programa más costoso de la historia de las Fuerzas Armadas de EE.UU.
El ambicioso proyecto de Bombardero de Ataque de Gran Alcance ('Long-Range
Strike Bomber', LSR-B) está destinado a remplazar a los 77 viejos
bombarderos estratégicos subsónicos B-52 Stratofortress, que ya han
cumplido el medio siglo de vida, y a los 21 bombarderos B-2 Spirit.
El costo aproximado del nuevo bombardero, sin incluir el de desarrollo, está valorado en unos 550 millones de dólares por unidad.
Sin embargo, varios expertos observaron en 2014 que el costo unitario de la nueva aeronave podría aumentar hasta los 810 millones de dólares.
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