Irán
ha estado haciendo pruebas con al menos un F-16, avión de combate de
fabricación estadounidense, para calibrar sus radares y familiarizarse
con sus capacidades ante un posible ataque de Israel o de Estados
Unidos, según fuentes de una agencia de inteligencia no occidental. El
envío de un aparato desde Venezuela, desmontado y cargado dentro de un
Boeing 707, ha sido confirmado por un mando de la Fuerza Aérea
Venezolana que reclama anonimato. Documentación aportada por una tercera
fuente contempla un acuerdo entre los dos países para el suministro de
varios F-16, dentro de la estrecha cooperación militar entre Caracas y
Teherán, ya puesta de manifiesto por ABC.
Los
analistas consideran que el peso de un ataque por parte de Israel
contra las instalaciones del programa nuclear iraní descansaría sobre
todo en la flota de F-15 que tiene ese país, pues ese modelo cuenta con
una mayor autonomía de vuelo. De todos modos, como esos aviones
requerirían igualmente ser repostados en vuelo, también se ha mencionado
la posibilidad de que la avión israelí utilice una base en Azerbaiyán,
al norte de Irán, cuyo acuerdo de uso fue desvelado por la revista
«Foreign Policy» en marzo. Eso reforzaría la participación en el ataque
del F-16. Por su parte, EE.UU. tiene escuadrones de F-16 en sus bases
del Golfo Pérsico.
Sukhois rusos
Venezuela
compró a EE.UU. ese tipo de caza antes de la llegada de Hugo Chávez al
poder. De los 24 adquiridos en 1983, tres quedaron inutilizados por
accidente y al parecer en este momento solo hay doce unidades en activo.
Es posible que algunos hayan quedado recluidos en los hangares por
falta de repuestos, pero varios han podido ser vendidos o cedidos a
terceros países, sin autorización de EE.UU., algo contrario a las
condiciones de venta original, como ya anunció el Gobierno que era su
intención. El régimen chavista está sustituyendo esa flota por 24 Sukhoi
rusos.
La
minuta de una visita a Teherán en agosto de 2009 por parte del entonces
presidente de la Compañía Anómina Venezolana de Industrias Militares
(Cavim), general Aref Eduardo Richani, indica que «la parte venezolana
se comprometió a agilizar los estudios de factibilidad a las propuestas
presentadas por AIO [Aviation Industries Organization] sobre aviones
F-16». El documento, del que este diario tiene una copia, está firmado
por lado iraní por el general Mohammad Beig Mohammad Lou como
viceministro de Logística del Ministerio de Defensa. El acuerdo también
menciona otros casos de cooperación, como la venta de aviones no
tripulados.
Aunque
algunos de los proyectos firmados entre los dos países no llegan a
ejecutarse, en el caso de los F-16 hay al menos la constancia de un
envío previo realizado en agosto de 2006. La operación fue iniciada por
el teniente coronel Luis Reyes Reyes, uno de los colaboradores más
cercanos a Chávez, y contó también con la intervención del general de
división Roger Cordero Lara.
Según
el testimonio confidencial ofrecido ahora por un mando de la Fuerza
Aérea Venezolana (FAV), un F-16 biplaza de la base de Maracay fue
desmontado e introducido en grandes contenedores de madera «sellados»,
sin ninguna indicación externa sobre su contenido. La carga fue
introducida en la base aérea El Libertador en el Boeing 707-6944 de la
FAV, en un modelo que combina la condición de carguero y tanquero. La
ruta contemplaba escalas en Brasil (Recife) y Argelia, con final en
Teherán. Con posteridad, pilotos venezolonos fueron enviados para
manejar el aparato, ensamblado de nuevo en la base iraní de Mehrabad, y
adiestrar en el biplaza a los iraníes.
Esa
misma persona identifica a Karim Lezama, un teniente coronel venezolano
en la reserva, como alguien ocupado en hacerse en Estados Unidos con
recambios de F-16, así como de F-14 Tomcats, caza que ya solo está
operativo en Irán, que lo adquirió antes de la revolución islámica.
Información
de una agencia de inteligencia no occidental indica que el avión
enviado por Venezuela ha sido utilizado para calibrar el sistema
antiaéreo a las especificidades del F-16, así como para estudiar su
tecnología mediante ingeniería inversa. Disponer de uno de esos cazas
permite saber cómo se nota su presencia en el radar o la velocidad con
la que se aproxima, lo que es útil para conocer mejor al enemigo en caso
de un enfrentamiento.
Ely
Harmon, investigador del Instituto Internacional para el
Contraterrorismo israelí, que ha publicado varios estudios sobre la
presencia de Irán en Latinoamérica, apunta tres posibles finalidades en
la operación de envío del avión venezolano: acceder a tecnología para
constuir un avión más moderno, tratar de conocer mejor cómo operan las
fuerzas aéreas de Estados Unidos e Israel, y pasar tecnología a otros
países, como Rusia y Corea del Norte. «Ese avión es muy útil para las
fuerzas áereas de Irán, porque les permite entrenar a sus propios
pilotos en las tácticas de otros. Pone de manifiesto la profunda
relación entre Irán y Venezuela». Una colaboración que, en su opinión,
podría también manifestarse en la represalia contra quienes ataquen las
instalaciones nucleares iraníes.
EMILI J. BLASCO
http://www.abc.es
0 comentarios:
Publicar un comentario