La industria de defensa está desarrollando nuevas soluciones
de patrulla y vigilancia marítima. El envejecimiento de la flota mundial
de los P-3 Orion, como los que tiene en dotación el Ejército del Aire español,
la reducción de los presupuestos militares en los países occidentales y
la creciente necesidad de vigilar zonas costeras por problemas con la
piratería y la inmigración ilegal, entre otros, están alentando una
serie de cambios en esta área, como el incremento en la oferta de
pequeños aviones de patrulla marítima y el desarrollo de aviones de
vigilancia en el mar de alta gama basados en plataformas comerciales.
Esta tendencia se evidenció en julio durante el Salón Aeronáutico Internacional de Farnborough, Inglaterra, con proyectos como el que Boeing anunció para ofertar un avión más pequeño y barato que su aeronave de patrulla marítima P-8 Poseidón basada en el 737 comercial, según explica una información de Defense News,.
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recogió a mediados de julio los planes de Boeing de crear una nueva
plataforma con un precio competitivo para un mercado que la compañía
estima en más de 10.000 millones de dólares (cerca de 8.000 millones de
dólares) a lo largo de los próximos diez años.
El director de desarrollo de negocios de los sistemas de vigilancia de Boeing, Egan Greenstein, reconoce que si bien algunos clientes se muestran encantados con el P-8,
sus presupuestos no les permiten adquirirlo o no necesitan sus
capacidades de guerra antisubmarina, por lo que acaban preguntando por
algún sistema alternativo más sencillo.
Mientras los aviones de
vigilancia marítima tienden a centrarse en su oferta de radares y
sensores, los aparatos de patrulla marítima también pueden equipar
sistemas de lucha antisubmarina y lucha contra amenazas en superficie.
Otros ejemplos de esta tendencia es el anuncio de Lockheed Martin de que espera firmar un contrato en breve con un país del norte de África para su recientemente anunciado SC 130J Sea Hercules, la versión de patrulla marítima de su C-130 J; y el de la italiana Finmeccanica y la rusa Rosoboronexport de transformar aviones rusos para las misiones en el mar, comenzando por el avión anfibio Beriev Be-200.
Finmeccanica, además, está promocionando su ATR 72 de patrulla marítima en Suráfrica, india y Argelia.
La sueca Saab también está desarrollando una plataforma de vigilancia marítima a partir del Saab 2000 y junto a la italiana Piaggio va a modificar el Piaggio P-180 para el mismo objetivo.
“Hay
un interés en estas capacidades por la nueva orientación hacia el
entorno de los litorales, la piratería y el incremento de la compra de
submarinos en la región Asia-Pacífico”, explica a Defense News Douglas Barrie, analista del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos
Barrie
también aclara que los fabricantes “están tratando de orientarse hacia
aviones más pequeños y plataformas comerciales porque los reducidos
presupuestos y el menor número de aviones [que se demandan] no
justifican el inicio de nuevos programas”.
El director del desarrollo de negocios para soluciones de vigilancia de Saab, Matthew Smith,
añade que los países “que han tenido grandes aviones de patrulla
marítima en el pasado, ahora pueden operar aparatos más pequeños y
baratos pero más capaces”.
Este año, además, los fabricantes han estado especialmente interesados en mostrar en Farnborough sus novedades en esta área particular debido a la probable necesidad del Reino Unido de nuevos aparatos de patrulla marítima para los próximos años debido al desguace de su programa Nimrod MR4A por razones presupuestarias.
Foto: Saab
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