La firma Singular Aircraft, con sedes en Barcelona y Londres,
ha desarrollado una aeronave no tripulada preparada para la vigilancia
de fronteras que cuesta menos de una décima parte del precio de los
aparatos que realizan ahora estas misiones. El avión, denominado Singular SA-03,
ha sido originalmente concebido para trabajar en tareas antiincendios,
pero puede ser configurado para realizar, entre otras, misiones de
patrulla como las que demandan los programas fronterizos europeos Frontex y Eurosur.
El mes pasado concluyó el ensamblaje de la primera unidad de este vehículo aéreo no tripulado (UAV) bimotor capaz de aterrizar y despegar tanto en pistas sin pavimentar como en el agua, y que puede operar de noche.
Cada
uno de estos aviones, concebidos para permanecer en vuelo más de
cuarenta horas, cuesta un mínimo de 300.000 euros y su coste operativo
es de 100 euros cada hora, según sus desarrolladores. La adquisición de
uno de estos aparatos, aseguran, es por tanto muy inferior a la de las
aeronaves que están realizando misiones de vigilancia en la actualidad
para gobiernos como el francés y el italiano, y que oscilan entre los
4,5 millones de euros y los 9 millones de euros.
Un SA-03, añaden, es capaz de cubrir un área de 1,5 millones de kilómetros (el triple que la Península Ibérica)
cada 24 horas, empleando radares primarios con un radio de acción de
hasta cien millas náuticas (185 kilómetros). Para ello el aparato debe
mantener una velocidad media de 185 kilómetros por hora (cien nudos).
En
las misiones de búsqueda, en las que se necesita mantener un contacto
visual directo, el área que es capaz de cubrir una de estas aeronaves en
24 horas es de 48.000 kilómetros cuadrados (algo menos de la décima
parte de la superficie de la Península Iberica).
Con el equipamiento adecuado, los SA-03
pueden enviar datos en tiempo real a través de las redes de intercambio
de información. Los aviones también pueden emplearse en la localización
de barcos a la deriva, pueden colaborar en cualquier escenario de
búsqueda y rescate, proporcionar víveres, prestar servicios de apoyo en
situaciones de emergencia o incluso estudiar variaciones en el clima o
en la actividad de los volcanes. También pueden monitorizar inundaciones
o rutas de iceberg, explorar la flora y la fauna marina o terrestre,
observar los índices de contaminación, seguir la evolución de las
corrientes y trazar mapas de minerales o recursos naturales, entre otras
misiones.
Sus artífices subrayan sus capacidades para formar parte de proyectos europeos como los de Eurosur y Frontex, a las que citan expresamente.
Una flota de 22 de estos aviones podría controlar todo el Mediterráneo
Eurosur centraliza el control de la inmigración ilegal que afecta a la Unión Europea (UE). El pasado verano se conoció que la Comisión Europea está considerando el despliegue de sistemas aéreos no tripulados (UAS) para controlar el Mediterráneo. Los responsables de Singular Aircraft calculan que sería necesaria una flota de 22 SA-03 en vuelo permanente para cubrir esas fronteras, que tocan a España, Francia, Italia, Malta, Grecia y Chipre.
Esa
flota cubriría en total 2,4 millones de kilómetros. Las aeronaves
podrían volar siguiendo un patrón pre-programado, aunque en cualquier
momento se puede tomar el control manual de cualquiera de ellas desde el
centro de control de la misión.
El vuelo de UAS sobre el
Mediterráneo permitirá a las autoridades detectar actividades previas al
viaje de los inmigrantes, como la reunión de embarcaciones o vehículos
sospechosos en las playas del norte de África.
El
proyecto Erurosur, que además de UAS incluye un incremento de la
actividad de los satélites, entre otros sistemas, está valorado en 330
millones de euros.
En Frontex, que es la agencia de la UE encargada de coordinar las patrullas policiales en los bordes exteriores de Europa,
también existe una especial atención a los desarrollos de UAS con los
que podrían operar sobre el perímetro original de sus competencias, e
incluso más allá. Hace unos meses el director de este organismo, Ikkla Litinen,
advirtió de la necesidad de desarrollar proyectos de vigilancia sobre
las llamadas pre-fronteras (áreas externas anteriores a las fronteras
europeas propiamente dichas).
Para este tipo de operaciones Laitinen apuntó la idoneidad de emplear vehículos aéreos no tripulados (UAV) por su menor coste.
Frontex, con sede en la ciudad polaca de Varsovia,
también está estudiando la posibilidad de establecer un nuevo sistema
de vigilancia para la frontera marítima meridional europea, incluido el
Mediterráneo (BORTEC), en el que se emplearían tecnologías modernas, como los UAV, añaden los responsables de Singular Aircraft.
El diseño del SA-03
le permite adoptar cuatro configuraciones principales: fumigación y
otras tareas agrícolas, extinción de incendios, vigilancia aérea y
transporte de carga. Los aparatos pueden operar individualmente o
configurados como flota, tanto de día como de noche.
Sus motores
emplean gasolina de automoción y le permiten transportar cargas de de
2.200 kilos y permanecer hasta 48 horas en el aire en la versión de
vigilancia
El avión fue presentado oficialmente el año pasado en la feria sectorial ILA Air Show de Berlín, y las primeras unidades de producción se entregarán este mismo año, según el fabricante.
Fotos: Singular Aircraft
http://www.infodefensa.com
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