Se estrelló el cazabombardero Fightinghawk A4-AR matrícula C-902 de la
Fuerza Aérea Argentina, en la pista del aeropuerto de la provincia de
Santiago del Estero, situado en el norte del país. Los dos pilotos
consiguieron eyectarse cuando el aparato volaba a tan sólo 30 metros de
altura en la aproximación final a la pista. El sistema del aSe
siento
eyector Douglas Escapac 1G3, ingenio técnico de origen estadounidense
que equipa a todas las aeronaves de combate, funcionó y salvó la vida a
los dos tripulantes, el aparato cayó y hubo una explosión seguida de
incendio. La aeronave que resultó destruida pertenecía a la dotación de
la V Brigada Aérea basada en Villa Reynolds, San Luis.
El accidente ocurrió al concluir una
misión de vigilancia del espacio aéreo en la frontera con Bolivia y
Paraguay , actividad prevista en el Plan Escudo del Norte, operativo
conjunto entre los ministerios de Seguridad y Defensa que lanzó el
Gobierno en 2011 para combatir vuelos ilegales de narcotráfico,
contrabando y trata de personas.
El jefe de escuadrón de los A4-AR el
mayor David Machado , quien posee vasta experiencia en vuelo de esas
aeronaves y su copiloto, el teniente Esteban Bossi, enfrentaron la peor
emergencia en el momento más riesgoso del vuelo; se plantó el motor
cuando emprendían el aterrizaje. Las primeras evaluaciones sobre el
accidente indican que: el mayor Machado iba a cargo de los controles
cuando a punto de aterrizar se paró la turbina, intentó reencenderla
pero notó que se prendió la luz de fuego y el indicador de temperatura
de motor se fue de límites, una anomalía grave que por lo general puede
desencadenar incendio o explosión de la planta propulsora. Rápidamente
ordenó la eyección, que se completó con eficacia a pesar de la baja
altura de la aeronave, sólo uno de los paracaídas se desplegó con
imperfecciones y ocasionó politraumatismos al copiloto.
El juez federal Guillermo Molinari, a
cargo de la investigación por daños de material del Estado, indicó que
el accidente aéreo sucedió "cuando el avión realizaba maniobras en la
zona, a cargo de los pilotos que habían llegado, en un recambio
programado de efectivos".
El avión destruido era uno de los cuatro biplazas de un lote de 36 Fightinghawks que
adquirió el país en 1994 a los Estados Unidos a un costo de 282
millones de dólares. Fue la última adquisición significativa de material
de combate encarada por un Gobierno democrático, que aconteció durante
la gestión de Carlos Menem. Estos aviones fueron fabricados en 1979,
eran la versión A-4M desarrollada exclusivamente para el cuerpo de
Marines de los Estados Unidos.
Luis Piñeiro
http://www.defensa.com
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