Los mandos del Distrito Militar Oeste (DMO) piden al Ministerio de Defensa ruso que apueste por el nuevo carro de combate T-90A
en vez de comprar el modelo T-72B-3, una versión modernizada de los
tanques T-80, informó una fuente del DMO citada hoy por el diario
Izvestia.
Un informe que analiza la actuación de los T-72B-3 en los
ejercicios y en la rutina diaria sugiere renunciar a este modelo que,
según la fuente, aún estaría en condiciones de hacer frente a un
adversario de principios de la década de 1990 pero sería destrozado por
blindados modernos, en particular, la modificación del T-72 que los
israelíes pusieron a punto para el Ejército georgiano.
“Esperamos que el Ministerio tome medidas y se decante por el nuevo T-90A”, dijo el oficial.
Reconoció que el T-72B-3 presenta algunas mejoras como la mira
bielorrusa Sosna-U y los modernos sistemas digitales de comunicación
pero “en lo demás es el modelo base de hace 30 años”.
Así, no tiene receptores GLONASS/GPS para el posicionamiento
vía satélite, ni el sistema de seguimiento automático del blanco. El
motor es una versión actualizada del V-84 de 840 CV en lugar del nuevo
V-92S2 de 1.000 CV; y el sistema de protección dinámica no es el moderno
Relikt sino el viejo Kontakt-5 que no protege contra las cargas en
tándem, es decir, aquellas que tienen dos o más fases de detonación.
La modalidad T-72M1 destinada a Argelia cuesta lo mismo pero,
para asombro de militares rusos, incorpora el sistema de seguimiento
automático del blanco, sensores digitales de correctivos y condiciones
meteorológicas, sistema antiaéreo de control remoto y aire
acondicionado. Mientras, los modelos domésticos todavía se dotan de
equipos electrónicos “del siglo pasado”.
Un portavoz de Uralvagonzavod, el fabricante ruso de carros de
combate, comentó que los militares se muestran descontentos ahora con la
versión que ellos mismos habían escogido.
“Tenemos más de 15 opciones de modernización, podemos cambiarlo
casi todo, de la carrocería al armamento y la protección”, recordó.
Los antiguos jefes de Defensa, según él, creyeron que el Т-72B-3 era
la variante ideal en cuanto a la relación calidad/precio. La modalidad
cuesta 52 millones de rublos ($1,71 millones), de los cuales unos 30
millones se invierten en la reparación capital de la máquina; el resto
es para modernizarla e instalar nuevos equipos y sistemas escogidos por
el cliente.
El Т-72 puede igualar las
características del T-90 y hasta mejorar algunas pero el coste de tal
modernización resulta equiparable al de un nuevo carro de combate cuya
vida operativa y potencial de renovación son obviamente mayores.
“Hace dos años intentamos convencer a los militares de que
compren el T-90, si quieren un tanque conceptualmente novedoso (…) pero
nadie nos hizo caso”, recordó el portavoz de Uralvagonzavod.
Agregó que su empresa fabrica también una versión modernizada, T-90S, que está muy por encima del modelo base y de la modalidad Т-72B-3.
“Podemos lanzarlo a la producción en serie en 2014. Esperamos que la
nueva cúpula de Defensa revise la decisión de sus predecesores”, dijo.
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