Fuente: Photoshot / Vostock-photo
Ovanes Mikoyán, hijo del célebre diseñador de los cazas soviéticos
MiG, constructor de aviones y exasesor del director del centro de
ingeniería de la Oficina de Diseño Experimental Mikoyán, afirma en
declaraciones al periódico 'Moskovski Komsomólets' que el futuro de la
aviación está en los aparatos no tripulados.
“Hay que impulsar esta idea. No es
imprescindible enviar pilotos a la línea del frente. Es suficiente con un
operador en tierra que dirija un aparato no tripulado hasta la zona. Puede
llevar a cabo prácticamente las mismas funciones que un piloto. Por el momento
lo hará un poco peor, pero al menos asumiríamos menos pérdidas”, declaró
Mikoyán.
Según el entrevistado, en Rusia “cualquiera”
puede diseñar y fabricar aviones no tripulados,
y la Oficina de Diseños Experimentales MiG también está desarrollando sus
propios proyectos.
“En nuestra Oficina de Diseños Experimentales
también tenemos muchas ideas. Lo importante es que el Estado nos apoye. Y
entonces la empresa que lleva el nombre de mi padre no será la única que tenga
un futuro, sino todo el sector industrial de la aviación rusa”, considera
Ovanes Mikoyán.
Cabe señalar que en 2007, durante el Salón
Aeroespacial MAKS-2007, la Oficina de Diseños Experimentales MiG presentó,
junto con la empresa Klímov, un concepto y una maqueta a escala real del VANT
Skat, un aparato furtivo a reacción.
A pesar de sus muy prometedoras características
(peso máximo de 10 toneladas al despegue y una distancia de vuelo de 4.000 km
sin repostar) y su tecnología furtiva, que le confiere un aspecto exterior ultramoderno
(recuerda remotamente al VANT norteamericano X-47B, un prometedor vehículo
aéreo con base en portaaviones que no se presentó al público hasta el 2008),
enseguida trascendió que el programa se había cerrado.
Al cabo de poco tiempo los motivos se hicieron
evidentes: en julio de 2012 el Ministerio de Defensa llevó a cabo una
licitación cerrada con la que se adjudicó oficialmente al “devorador” Sujói el
desarrollo de un VANT pesado con un peso al despegue de 10 a 20 toneladas.
En octubre de 2012 las empresas Sujói y MiG
(ambas Oficinas de Diseños forman parte de la Corporación Unida de Construcción
de Aeronaves, entonces encabezada por Mijaíl Pogosián, un constructor de
aviones y empresario con una fulgurante carrera dentro de la empresa Sujói)
firmaron un acuerdo de colaboración para desarrollar aparatos voladores no
tripulados.
De este modo MiG participará finalmente en
un proyecto que se había adjudicado en
un principio a Sujói. Algunas informaciones apuntan a que antes de 2018 se
podrían conocer los frutos de esta cooperación. Previamente Pogosián había
declarado que este vehículo no tripulado se desarrollará a partir de las
soluciones tecnológicas del caza de quinta generación T-50.
En Rusia se está desarrollando toda una serie de
aparatos voladores no tripulados. Las labores se emprendieron en 2008, cuando
la experiencia del conflicto con Georgia puso de manifiesto la necesidad de fabricar VANT de combate y espionaje, porque
los modelos soviético Pchelá y Reis ya habían quedado obsoletos.
El Ministerio de Defensa destinó 5.000 millones
de rublos (poco menos de 100 millones de dólares) al desarrollo de aparatos de
fabricación rusa, pero en 2010 aún no se habían obtenido resultados. Para
solventarlo, la industria de defensa rusa adquirió los VANT IAI Searcher Mk II
e IAI Bird Eye 400 israelíes,
que se podían fabricar en Rusia a partir de unos sistemas de montaje llamados
Forpost y Zastav, respectivamente.
Desde 2011 la empresa Tranzas de San Petersburgo
y la Oficina de Diseños Experimentales Sókol de Kazán se dedican al diseño y
fabricación de aviones no tripulados con una gran autonomía de vuelo.
Actualmente siguen trabajando. A principios de año se supo que se continuarán
realizando experimentos con el prototipo de demostración del VANT Altius-M (Altaír)
hasta finales de 2015.
Anteriormente se había presentado el “análogo
ruso del Predator”, el Dozor-600. Se difundieron sus características tácticas y
técnicas, y, a juzgar por estas, no tenía nada que envidiar al prototipo
norteamericano. Pero no resultó tan fácil confirmar los datos que se habían
hecho públicos sobre el avión, por lo que el proyecto quedó paralizado en la
fase experimental.
Actualmente, además de los aparatos israelíes,
el Ministerio de Defensa ruso ha adquirido los VANT de corto alcance
Orlán-10 y
los VANT transportables Grusha. Hay constancia de que en los ejercicios
de las tropas de desembarco aéreo se han realizado experimentos
con el “Iskátel”, un sistema VANT transportable de corto alcance, pero
no se ha
confirmado que este modelo se vaya a integrar en el armamento.
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