Durante
los días 2 y 3 de octubre la “Operación Villares” ha permitido liberar
la presión de los insurgentes sobre la ruta Lithium, que dificultaban la
realización de los trabajos de mejoras en esta carretera, de gran
importancia para lograr la articulación del territorio e incrementar la
seguridad en la zona. Se trata de una operación de gran entidad en la
que por primera vez el Ejército afgano ha llevado a cabo su propio
planeamiento, supervisado por los militares españoles y que se enmarca
dentro de las operaciones que durante el verano han estado llevando a
cabo las unidades españolas de ASPFOR XXXI combinadas con elementos de
combate del Ejército Nacional afgano (ANA) en las zonas de Muqur y
Ludina, con el objeto de mantener la libertad de movimientos y la
seguridad de las poblaciones.
La operación se ha realizado sobre
Mamandzai, una de las poblaciones más conflictivas del área de
responsabilidad española en la provincia de Badghis. Esta zona es la
cabecera del valle de GARDAK, corredor natural hacia el paso fronterizo
de TURUSEJ con TURKMENISTÁN y santuario de las fuerzas insurgentes.
Por parte del Ejército Afgano ha
estado al Mando del General DAWOOD, Jefe de la III Brigada del Cuerpo de
Ejército 207. Han tomado parte, además de sus unidades de maniobra,
diversos apoyos de combate (limpieza de rutas, desactivación de
explosivos y de Ingenieros), destacando la participación de unidades de
artillería afganas, asesoradas por mentores españoles, que han apoyado
por el fuego la operación.
Las fuerzas españolas participantes en
la operación han sido dos compañías de paracaidistas de la Bandera de
Maniobra “Ortiz de Zárate” que también ha aportado el puesto de mando
avanzado, apoyadas por la Unidad de Reconocimiento, una unidad de
Ingenieros, un equipo de designación de objetivos del Ejército del Aire y
equipo de mentores de Infantería de Marina, del Ejército de Tierra y de
la Guardia Civil.
Las acciones de combate se iniciaron con
la toma de posiciones de apoyo al amparo de la noche por parte de las
unidades españolas el día previo al inicio la operación que fueron
hostigadas por varios grupos de entre quince y veinte elementos cada
uno, con diverso material de combate como lanzagranadas, ametralladoras y
fusiles de asalto.
Al amanecer, las unidades afganas
comenzaron las maniobras de reconocimiento y registro de la zona de la
localidad de Mamandzai con el fin de reducir la capacidad de acción de
la insurgencia, negar la libertad de acción de bandas armadas y
confirmar el sentimiento de la población hacia las fuerzas tanto del ANA
como de la coalición internacional.
A lo largo de la mañana se unieron
varios grupos más de insurgentes, hasta totalizar más de cien hombres,
que continuaron hostigando desde diferentes posiciones a las unidades,
que respondieron con su armamento de dotación, apoyadas por fuego de
morteros y artillería.
Como consecuencia de los enfrentamientos
habidos durante los días de la operación, los insurgentes han sufrido
dos bajas confirmadas, dos sin confirmar y dos heridos, mientras que
entre las fuerzas afganas y españolas no se han tenido que lamentar
ninguna. También se ha incautado de un fusil de asalto AK 47 con
lanzagranadas de 40 mm y gran cantidad de material de combate
Con esta operación se ha comprobado la
capacidad de los batallones del Ejército Afgano conducidos por el Puesto
de Mando de la Brigada. Esta capacidad es indispensable para poder
realizar la transferencia de la seguridad a las fuerzas de seguridad del
gobierno de Afganistán en la provincia de Badghis.
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