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Las últimas semanas han sido
singularmente opulentas en noticias relacionadas con dos buques de una
misma clase y de origen parecido.
Desde China se conocieron las
noticias de la entrada en servicio de la Marina de Guerra de China del
nuevo portaaviones “Liaoning” y, desde el mar de Barents llegaron
informaciones de problemas ocurridos durante las pruebas del
portaaviones para la India “Vikramaditya”. Los proyectos de ambos
portaaviones fueron hechos en la Unión Soviética y, en cierta medida
están emparentados. Sin embargo, la suerte de cada uno de ellos ha sido
diferente.
El único buque en capacidad de transportar
aviones, para la Armada de China es un portaaviones que de momento,
solo se tiene el nombre. Pues, el caza de cubierta para el “Liaoning” se
encuentra en periodo de pruebas. En sus días, Pekín pidió a Rusia la
compra de unos cuantos SU-33, petición que fue declinada por considerar
que, aparatos en tal cantidad, que a todas luces no serán empleados con
fines militares, solo pueden servir para ser copiados. Un poco más tarde
se supo que Ucrania, junto con un portaaviones había vendido a China un
prototipo del SU-33, el avión T-10K. En 2010, China anunció el término
del proyecto en un caza de cubierta propio, el Shenyang J-15, destacando
en especial que, no era copia de un aparato ruso, sino la versión
perfeccionada del Shenyang J-11. Sin embargo, el mencionado J-11 es, en
los hechos, una copia del soviético SU-27.
Pero, ¿qué
necesidad tiene China de un portaaviones sin aviones? La razón está
posiblemente en la competencia de los países líderes de la región
asiática. Y es que, simultáneamente con las labores de término de
construcción y de modificación del “Variag”, en la planta rusa de
“Sievmash”, estaba en marcha la reconstrucción de una nave de la misma
clase para la Armada de la India, el portaaviones “Almirante Gorshkov”,
rebautizado “Vikramantitya”. A las particularidades de este proyecto se
refiere Igor Kotoychenko, director del Centro de análisis del comercio
mundial de armamentos:
—Las exigencias de la
parte hindú eran muy avanzadas, al extremo de las posibilidades de las
tecnologías modernas. Eso se refiere también al proyecto de
modernización del antiguo portaaviones soviético “Almirante Gorshkov” y
al portaaviones “Vikramaditya”. Los trabajos eran de gran escala,
voluminosos y, nuestro complejo militar técnico enfrentó, por primera
vez, la realización de un proyecto tecnológico tan complicado. Baste con
señalar que, de la nave vieja quedaría solo el casco. Todo lo demás
había que proyectarlo de nuevo. Y en los hechos construimos un buque
absolutamente nuevo.
La situación con el de la
India era mucho más simple que con el de China, debido a que los aviones
y helicópteros de cubiertapara él ya existen, y se producen en serie.
Es
verdad es que no faltaron los problemas. Durante las pruebas navales se
detectaron defectos en el compartimento del motor: en tres de los ocho
generadores estaba deteriorado, entre un cinco a un diez por cierto el
termoaislante de enladrillado, razón por la que, la potencia general de
la instalación energética de la nave se redujo en un cincuenta por
ciento del máximo. Con tal régimen de trabajo de los generadores no solo
conservaba la marcha sino que tampoco podía alcanzar los veintidós
nudos de velocidad, con la que se autoriza realizar los despegues y
descensos de los aviones. El portaaviones necesitará una reparación
adicional, lo que aumentará el plazo de entrega del portaaviones a la
Armada de la India. Pero, el año que viene el “Vikramaditya” será el
buque insignia de la marina de Guerra de la India. Es más, a diferencia
del colega chino, será un buque de guerra completo, pues estará dotado
de una flotilla de aviones de cubierta.
Aparte de los
dos nuevos portaaviones, China y la India planean construir otros
buques de esta clase. Así, en los astilleros de la ciudad hindú de
Cochin, desde 2006 se construye, según un proyecto conjunto ruso-hindú,
el portaaviones “Vikrant”. China se propone, además, ampliar su parque
de portaaviones y construir dos no atómicos para el 2020, y a
continuación comenzar ya la construcción de los atómicos.
De
una u otra manera, la aparición en la región asiática de dos nuevos y
gigantescos buques de guerra habla de un cambio de las doctrinas navales
de los mayores Estados de ese continente.
sb/as/ap
http://spanish.ruvr.ru/
Vladímir Ivashin
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