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La India efectuó el pasado domingo 27 el
lanzamiento exitoso de un misil de alcance medio, capaz de portar hasta
una tonelada de explosivos.
El misil K-5 fue lanzado en
posición de inmersión en el Golfo de Bengala (el lugar exacto del
lanzamiento no se precisa) e impactó contra el objetivo a una distancia
de setecientos kilómetros.
Sobre el telón de fondo
de las pruebas del año pasado del misil balístico intercontinental Agni
5, con un radio de acción de cinco mil kilómetros, esta noticia es
bastante modesta. Es más, el lanzamiento del misil en posición de
inmersión fue el número 14. Pero fue el primer lanzamiento de un misil
desde una plataforma submarina efectuado abiertamente, todos los
anteriores se realizaron en secreto. De tal modo, la India anunció sin
ambigüedades que está próxima a ultimar la creación de la triada
nuclear: misiles emplazados en tierra firme, en el aire y en el mar.
Agencias informativas indias comunican que los misiles K-5 pueden ser
instalados en el submarino atómico Arihant de fabricación propia. Los
trabajos de creación del sumergible están próximos a concluir.
Las
informaciones sobre el lanzamiento del misil K-5 eluden la cuestión de
lo que esto significa en el plano geopolítico. Pero, por ejemplo, la
Agencia Associated Press simplemente repite la vieja frase banal de que
“la India y su rival Pakistán, que también posee el arma nuclear, de
tiempo en tiempo efectúan pruebas de las diferentes modificaciones de
sus misiles” y recuerda que la India y Pakistán tres veces combatieron
tras la obtención de la independencia.
El asunto es
que en caso de un hipotético conflicto nuclear con Pakistán, la India no
necesita misiles balísticos continentales ni misiles de emplazamiento
marítimo. Para una guerra con su vecino son suficientes los misiles de
emplazamiento terrestre y aéreo.
El término de la
fabricación de la triada nuclear, al igual que las pruebas del Agni-5 el
año pasado, tienen un círculo más amplio de destinatarios. El quid de
la cuestión consiste en que la India de facto ingresa
en el llamado “club nuclear” (hasta ahora poseían la triada nuclear
solo EEUU, Rusia, Francia y China) y se convierte, en el pleno sentido
de la palabra, en una potencia nuclear global.
Si
nos fijamos en la posición que ocupa la India en al mapa político
mundial, queda bien claro que la señal que envían las pruebas de misiles
de los últimos meses, está dirigida a un solo destinatario – China.
Esto lo prueban los inveterados problemas de las relaciones bilaterales y
todo el desarrollo geopolítico de ambos países en los últimos años.
China
rodea a la India por tierra y mar, creando bases de apoyo en los países
vecinos. La India participa cada vez más activamente en los asuntos de
la región Asia-Pacífico y en el mar de China Meridional,
particularmente, realizando maniobras navales con los países rivales de
China en la región y desarrollando con ellos proyectos económicos
conjuntos, incluso en las regiones que reclama China.
Sobre
este telón de fondo resulta bastante simbólico y hasta funesto el hecho
de que el mismo día en que la India probaba su misil de emplazamiento
marítimo, China ponía a prueba su sistema de defensa antimisiles.
Difícil
es decir si fue casualidad o si China premeditadamente hizo coincidir
sus pruebas con las indias. En este caso habrá que reconocer que la
Inteligencia china conocía de antemano los planes de la India. Pero, sea
como sea, los hechos del último fin de semana testifican que la carrera
armamentista en Asia no solo continúa, sino que también adquiere
proporciones cada vez más amplias.
mj/kg/sn
http://spanish.ruvr.ru
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