Tras
los problemas de fiabilidad de los últimos meses el caza F-35, la
estrella del Ejército del Aire estadounidense, vuelve a sufrir un nuevo
contratiempo. En este caso el varapalo ha venido de la mano de los
posibles recortes que puede sufrir su programa de desarrollo, tras
aprobarse el llamado 'Sequester', la reducción de gasto en Defensa en
36.000 millones de euros para este año.
Una medida que ha obligado al Departamento de Defensa ha comenzar a analizar sus gastos y dónde podría reducirlos, sin perder capacidad operativa. Y uno de los programas que podrían verse afectados es el del caza F-35, de Lockheed Martin, cuatro veces más caro que cualquier otro del Pentágono y con varios años de retraso.
Una situación que choca con los avances que la empresa dice haber conseguido en el programa. "Hemos conseguido en los últimos años importante progresos", ha destacado el presidente de la compañía y vicepresidente de F-35 de desarrollo de negocios al Washington Post. Una opinión que ha corroborado el actual jefe militar del programa, el teniente general Christopher Bogdan, aunque también reconoció que tiene mucho que recorrer.
De cualquier forma, el F-35 es considerado ya el avión de combate más caro. Sus cifras hablan por sí solas. El programa, que contemplaba la fabricación de 2.852 aparatos, comenzó en 2001 con un presupuesto inicial de 233.000 millones de dólares, según el mencionado diario, su coste total podría llegar a los 397.000.
Ello supone que del coste previsto por aparato de 81,7 millones en 2001 ha pasado a 162,5. Además, de momento, sólo se han construido 65 aparatos, a pesar de que, en teoría, debería haber 365 para la finalización de los test en 2010. Entre las cifras más curiosas destacan los 15,3 millones de dólares gastados por Lockheed Martin en lobbies en 2012 y los 260.000 puestos de trabajo, directos e indirectos, en 45 estados, que la empresa asegura que generará este programa cuando la producción comience -prevista para 2019-.
Una medida que ha obligado al Departamento de Defensa ha comenzar a analizar sus gastos y dónde podría reducirlos, sin perder capacidad operativa. Y uno de los programas que podrían verse afectados es el del caza F-35, de Lockheed Martin, cuatro veces más caro que cualquier otro del Pentágono y con varios años de retraso.
Una situación que choca con los avances que la empresa dice haber conseguido en el programa. "Hemos conseguido en los últimos años importante progresos", ha destacado el presidente de la compañía y vicepresidente de F-35 de desarrollo de negocios al Washington Post. Una opinión que ha corroborado el actual jefe militar del programa, el teniente general Christopher Bogdan, aunque también reconoció que tiene mucho que recorrer.
De cualquier forma, el F-35 es considerado ya el avión de combate más caro. Sus cifras hablan por sí solas. El programa, que contemplaba la fabricación de 2.852 aparatos, comenzó en 2001 con un presupuesto inicial de 233.000 millones de dólares, según el mencionado diario, su coste total podría llegar a los 397.000.
Ello supone que del coste previsto por aparato de 81,7 millones en 2001 ha pasado a 162,5. Además, de momento, sólo se han construido 65 aparatos, a pesar de que, en teoría, debería haber 365 para la finalización de los test en 2010. Entre las cifras más curiosas destacan los 15,3 millones de dólares gastados por Lockheed Martin en lobbies en 2012 y los 260.000 puestos de trabajo, directos e indirectos, en 45 estados, que la empresa asegura que generará este programa cuando la producción comience -prevista para 2019-.
0 comentarios:
Publicar un comentario