Con
el objetivo de reducir los accidentes de tráfico y aprovechando la
operación salida de Semana Santa, la Dirección General de Tráfico (DGT)
ha puesto en funcionamiento un nuevo sistema que medirá, desde el aire,
la velocidad a la que circulan los vehículos. Un aspecto preocupante por
cuanto la DGT considera que la velocidad excesiva fue uno de los
factores concurrentes en la muerte de 475 personas en carretera en 2011,
año de su último informe estadístico.
Por ello, ha dotado a uno de los helicópteros de la DGT de un radar, el "Pegasus", con mecanismo y software incluido en la cámara de vigilancia, que es capaz de controlar la velocidad de los vehículos (hasta 360 km/h) y detectar infracciones desde el aire. Dicho radar ha sido verificado y homologado por el Centro Español de Metrología (organismo dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo), y fabricado por la empresa Wescam, especializada en tecnología militar. En concreto, se trata del sistema MX-15 de L-3 WESCAM, un modelo tan sofisticado que, a través de su cinemómetro, iluminación infrarroja y sistemas de video, es capaz de identificar incluso una cara de una persona, en plena noche, con una resolución máxima.
De momento, el sistema, por el que la DGT pagó 280.000 euros en 2006, se utilizará principalmente para controlar la velocidad de los vehículos que circulan por las vías convencionales, las que no tienen separación física entre los carriles de ambos sentidos, y en las que suele ser más difícil establecer controles con vehículos equipados con radar para denunciar a aquellos conductores infractores que no respeten la velocidad fijada en la carretera por la que transitan. Una vez tomada la imagen de la infracción, ésta se remitirá de forma automática, con los datos del vehículo y velocidad, al centro de gestión de multas de la DGT, establecido en León, desde donde se enviará la denuncia a casa del conductor.
Este sistema, pionero y no utilizado antes en otros países, resulta operativo incluso desde una altura de vuelo del helicóptero de 1.000 pies (más de 300 metros), y hasta una distancia en línea recta con el vehículo controlado a un kilómetro. Eso sí, también tiene bastantes limitaciones, ya que, por ejemplo, para captar la velocidad correcta el helicóptero debe mantener una visión directa con el vehículo que se pretende controlar.
Con un radar en helicóptero controlará cientos de kilómetros.
El radar consta de dos cámaras, una panorámica que facilita el seguimiento y captación de la velocidad, y otra de detalle, dotada con un teleobjetivo, que permite leer la matrícula del vehículo. Así, respecto a un radar fijo, con el que se controla sólo un punto concreto de la carretera, este sistema aporta la facilidad para vigilar cientos de kilómetros en un vuelo de apenas dos horas de duración. Desde el aire, con una mejor visión, se puede ser mucho más selectivo en el control de vehículos que circulen con exceso de velocidad o conductas temerarias. Por todo ello, la posibilidad preventiva y disuasoria que aporta este nuevo sistema es incomparable.
Por ello, ha dotado a uno de los helicópteros de la DGT de un radar, el "Pegasus", con mecanismo y software incluido en la cámara de vigilancia, que es capaz de controlar la velocidad de los vehículos (hasta 360 km/h) y detectar infracciones desde el aire. Dicho radar ha sido verificado y homologado por el Centro Español de Metrología (organismo dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo), y fabricado por la empresa Wescam, especializada en tecnología militar. En concreto, se trata del sistema MX-15 de L-3 WESCAM, un modelo tan sofisticado que, a través de su cinemómetro, iluminación infrarroja y sistemas de video, es capaz de identificar incluso una cara de una persona, en plena noche, con una resolución máxima.
De momento, el sistema, por el que la DGT pagó 280.000 euros en 2006, se utilizará principalmente para controlar la velocidad de los vehículos que circulan por las vías convencionales, las que no tienen separación física entre los carriles de ambos sentidos, y en las que suele ser más difícil establecer controles con vehículos equipados con radar para denunciar a aquellos conductores infractores que no respeten la velocidad fijada en la carretera por la que transitan. Una vez tomada la imagen de la infracción, ésta se remitirá de forma automática, con los datos del vehículo y velocidad, al centro de gestión de multas de la DGT, establecido en León, desde donde se enviará la denuncia a casa del conductor.
Este sistema, pionero y no utilizado antes en otros países, resulta operativo incluso desde una altura de vuelo del helicóptero de 1.000 pies (más de 300 metros), y hasta una distancia en línea recta con el vehículo controlado a un kilómetro. Eso sí, también tiene bastantes limitaciones, ya que, por ejemplo, para captar la velocidad correcta el helicóptero debe mantener una visión directa con el vehículo que se pretende controlar.
Con un radar en helicóptero controlará cientos de kilómetros.
El radar consta de dos cámaras, una panorámica que facilita el seguimiento y captación de la velocidad, y otra de detalle, dotada con un teleobjetivo, que permite leer la matrícula del vehículo. Así, respecto a un radar fijo, con el que se controla sólo un punto concreto de la carretera, este sistema aporta la facilidad para vigilar cientos de kilómetros en un vuelo de apenas dos horas de duración. Desde el aire, con una mejor visión, se puede ser mucho más selectivo en el control de vehículos que circulen con exceso de velocidad o conductas temerarias. Por todo ello, la posibilidad preventiva y disuasoria que aporta este nuevo sistema es incomparable.
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