Este foro será organizado por la Comisión
Industrial Militar adjunta al gobierno de la Federación Rusa y
determinará las perspectivas de la industria militar para los próximos
años.
Un balance de intereses entre el ejército y la economía
Los
intereses de las Fuerzas Armadas a menudo entran en contradicción con
las posibilidades de la economía y los intereses de la industria.
Equipar una unidad militar con armas modernas y mantenerla en las
condiciones adecuadas suele resultar caro. Además, la industria rusa no
siempre está en condiciones de fabricar aquello que necesitan los
militares. Las instituciones militares, a su vez, no desean comprar
productos obsoletos o ineficaces solo porque eso es lo único que produce
el potencial industrial existente.
El
crecimiento de los gastos en el marco del programa estatal de armamentos
para los años 2011-2020, que se incrementará a treinta billones de
rublos, no resuelve por si mismo este problema. La recuperación y
modernización del potencial defensivo es una tarea que debe resolverse
por medio de un programa federal dirigido, en el marco del cual el
Complejo Industrial Militar (CIM) recibirá tres billones de rublos.
Estos recursos no solo permitirán organizar la producción de armas
modernas, sino que garantizarán al CIM alcanzar un desarrollo
suficiente. El programa permitirá a este complejo defensivo ganar su
dinero de modo independiente, produciendo, entre otras cosas, productos
de uso civil con demanda entre la población. Solo un desarrollo así
permitirá al CIM tener suficiente grado de independencia y capacidad de
existencia sin las emergencias anuales que demandan el rescate de tal o
cual empresa de la quiebra.
Búsqueda de soluciones
La
tarea primordial de la Comisión Industrial Militar en estos momentos
consiste en la búsqueda de un consenso entre los militares y la
industria militar. Hasta ahora, para muchos representantes de la
industria el único modelo aceptable es el “soviético”. Entonces, la voz y
voto de los militares en la creación de los programas industriales, se
reducía más bien a la coordinación. A consecuencia de esto, surgieron
peligrosos desajustes en la redacción de los programas de armamentos. El
problema más grave de las Fuerzas Armadas, en cierto sentido sin
resolver todavía, consiste en la diferencia de calidades y tipos de los
productos ofrecidos como armamento. La Industria Militar soviética
generó una gran cantidad de sistemas poco compatibles entre sí. Mientras
tanto, a la OTAN por lo general le bastaban dos o tres unidades con
sistemas unificados para sistemas de lanzamiento o plataformas basicas.
Podemos ejemplificar esto con la fabricación al unísono de los tanques
T-64, T-72 y T-80, los submarinos de finalidad múltiple de lso proyectos
671PTM (Schuka), 942 (Barracuda) y 971 (Schuka-B), así como múltiples
sistemas de misiles con finalidades y características técnico-tácticas
cruzadas.
Este problema continúa vigente en
nuestros días. Rusia construye al unísono helicópteros de combate Mi-28 y
Ka-52, modelos semejantes por sus posibilidades y funciones. Y si
varios años atrás se suponía que el Ka-52 estaría destinado al
cumplimiento de misiones especiales y apoyo de las unidades de
infantería de marina, en la actualidad ambos helicópteros son equipos de
línea de la aviación de combate.
La Comisión
Industrial Militar deberá eliminar estos inconvenientes y proponer un
plan de largo plazo de los objetivos de la Industria Militar, teniendo
en cuenta las necesidades de las Fuerzas Armadas. Hay grandes esperanzas
depositadas en la Conferencia del próximo 20 de marzo. De cuál sea el
rumbo que tome el CIM en los próximos años dependerán muchas cosas.
fs/kg/sn
0 comentarios:
Publicar un comentario