En las últimas semanas los militares españoles en el Líbano han aumentado su grado de alerta por niveles de tensión "desconocidos desde hacía tiempo". Esta
situación, unida a los peligros habituales de la misión UNIFIL, hace
fundamental el uso de vehículos preparados para proteger a los soldados
de los posibles contratiempos que puedan suceder.
Los
LMV "Lince" de Iveco, adquiridos por el Ministerio de Defensa para
sustituir a los BMR destinados en el Líbano, llegaron a su destino en
diciembre del año pasado. Los conductores que se encargarán de ellos en
la rotación de mayo están terminando su periodo de adaptación al
vehículo, que concluirá con el ejercicio final de integración y
evaluación de todo el contingente, en abril.
Para misiones en ciudad y campo abierto
Una
vez desplegados, los "Lince" desarrollarán tareas de patrulla a lo
largo de la Línea Azul, dentro de la misión de la ONU. Al no tratarse de
una misión ofensiva, sus intervenciones serán meramente disuasorias en
las posibles confrontaciones que puedan surgir entre libaneses e
israelíes. Estos enfrentamientos pueden producirse tanto en campo como
en ciudad, por lo que la manejabilidad, estabilidad y visibilidad del
"Lince" aporta una gran ventaja respecto a los vehículos utilizados
anteriormente.
Una
de las principales desventajas que indican quienes han tenido que
participar en misiones con vehículos BMR (los anteriormente destinados
al Líbano) es su escaso campo de visión desde el interior. Una vez
cerrado, sólo dispone de un pequeño ventanuco frontal para observar que
pasa alrededor, y para conseguir un mayor campo de visión había que
salir fuera, "con lo que el jefe de grupo, quien debía asomarse, estaba
vendido", afirma el brigada Vicente, de la base militar de El Goloso. El
"Lince" dispone de cinco ventanas, lo que permite a todos sus ocupantes
observar que ocurre en el exterior y alertar de los posibles peligros
en zonas urbanas.
Un vehículo "para defender a los soldados"
Además
de disponer de un blindaje inferior que minimiza el daño sufrido por
explosivos improvisados, las puertas del "Lince" disponen de un sistema
de bloqueo que impide que salgan despedidas en ataque con este tipo de
carga. Los asientos no están sujetos al suelo, sino a unas barras de
seguridad más elevadas, que disminuye los daños por onda expansiva.
Estos asientos han sido diseñados para que el cuerpo del militar se
encuentre en una posición ergonómica, sujeto por un cinturón de cinco
puntos, que en caso de vuelco del vehículo impide que sus ocupantes
sufran daños. Esta sujeción extra, sin embargo, aporta mayor seguridad
sacrificando movilidad para sus ocupantes, que afirman que en patrullas
muy largas el cuerpo queda agarrotado. A todo esto hay que añadir los
cuatro inhibidores de los que dispone cada vehículo, encargados de
impedir detonaciones a distancia.
También
se han incorporado sistemas de seguridad, desarrollados a partir de
carencias detectadas en versiones anteriores del vehículo, como el
blindaje para torreta. Del mismo modo, dispone de accesorios para
utilizar en situaciones muy específicas. Además de rejillas
antidisturbios, se ha incorporado un sistema de guillotina para cortar
los cables que los insurgentes tienden a lo ancho de las calles con
intención de decapitar a los militares que se encuentren en las torretas
de los vehículos.
Mejoras estratégicas
Uno
de los principales problemas que pueden encontrar las tropas españolas
con respecto a sus vehículos es la dificultad de recuperarlos, tanto si
vuelcan como si sufren una avería. Este problema se ha intentado
subsanar dotando a los LMV de un sistema de eslingas con el que
sean
capaces de recuperarse a sí mismos en caso de vuelco o de quedarse
atrancados. Su motor es el mismo que el de las furgonetas comerciales
Iveco Daily (de 190 c.v., capaz de mover los 7.100 kg del "Lince" a más
de 130 km/h), lo que permite encontrar recambios más fácilmente. Los
conductores son responsables de su mantenimiento diario, y son
instruidos para solucionar prácticamente cualquier avería que puedan
encontrarse en medio de una misión, sin necesidad de acudir a un
mecánico.
Al
tratarse de un vehículo ligero es posible patrullar con dos "Lince".
Así, se dispone de un jefe de pelotón y dos jefes de vehículo,
permitiendo una mayor cobertura del terreno, además de disponer del
doble de armamento. Al enviarse dos vehículos a una patrulla se facilita
el apoyo y la recuperación logística en caso de ataque.
Un vehículo con "futuribles"
A
pesar de todo, la característica que se debe tener más en cuenta es la
capacidad del "Lince" para adaptarse a nuevas tecnologías que se
desarrollen en el futuro. Está preparado para incorporar mejoras a
medida que se vayan desplegando. De este modo se asegura que el vehículo
no se quede anticuado en poco tiempo. Desde las bases militares se
considera que todas estas mejoras, absolutamente necesarias, han sido
consecuencia de un periodo de prosperidad económica, que permitía
invertir mucho dinero en todas las necesidades del Estado. Sin embargo,
ahora la duda está en cómo serán los armamentos del futuro si
actualmente se ha reducido la inversión en su desarrollo.
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