miércoles, 15 de enero de 2014

Rusia y la mitigación de la crisis atómica ecológica



La corporación estatal Rosatom se ocupará del desmantelamiento de las naves atómicas que agotaron su vida tecnológica útil y que fueron dados de baja de la Marina de Guerra. En la época de la URSS, debido a los procedimientos complicados existentes no se ocupaban de una liquidación segura de tales objetos y simplemente los hundían. Ahora bien, la tecnología de un reciclaje fiable para buques de guerra, será empleada por vez primera en Rusia: cuatro buques dados de baja de la Flota del Norte serán desmantelados después de 2017. Para los barcos civiles la aplicación de tal tecnología ya comenzó.

La eliminación de la amenaza

Los barcos cisternas de combustible nuclear usado se conocieron en la Armada de Rusia en los años sesenta del siglo pasado, cuando en los primeros submarinos atómicos soviéticos y en el rompehielos "Lenin" comenzaron los trabajos de reemplazo de los recursos usados de las zonas activas de los reactores. El lugar principal de anclaje de esos barcos era el Norte, donde estaban de guardia la mayoría de los submarinos y de los buques de superficie con instalaciones energéticas nucleares. Y a fin de cuentas, aquellos depósitos flotantes, una vez cumplido su papel se convirtieron en una de las amenaza principales para la ecología del Círculo Polar

Un ejemplo de los más conocidos fue la base flotante de "Lence". El carguero construido en 1941 fue el barco soviético auxiliar de la flota atómica soviética. En 1961 fue reequipado y convertido en barco de recargue de las zonas activas. En los veinte años siguientes, en "Lence" iba a cumplir catorce operaciones de recargue de zonas activas de instalaciones energéticas nucleares en los rompehielos "Lenin", "Ártico" y "Siberia". 

El combustible usado era bombeado desde la nave atómica hasta el barco cisterna. Sin embargo, en los años sesenta ocurrió una avería con la erosión parcial de las barras descargadas del reactor del rompehielos atómico "Lenin". El incidente causó la elevación brusca de la radiación en el compartimento los montajes descargados y en los compartimentos adyacentes. Así, no resultaba posible descargar esas barras.

En 1981,  el "Lence" fue reequipado como depósito de combustible nuclear usado y de residuos radiactivos líquidos.

En 1984, después de la segunda avería, cuando el vertido de los residuos radiactivos líquidos condujo a la contaminación radiactiva de la mayor parte de los compartimentos del "Lence", se decidió dar de baja el barco, en un proceso que ha venido dilatándose ya cerca de treinta años. Y ello porque no existían tecnologías seguras de reciclaje para tales instalaciones. 

En el barco se guardan 639 barras con combustible nuclear usado, un total de 260 kilos de uranio U-235, más 156 kilos de productos de fisión, y ocho kilos de plutonio Pu-239. Además, las vasijas averiadas, mencionadas anteriormente es imposible extraer por el método habitual. Finalmente el "Lence", como la instalación más compleja, devino el pionero en la solución de las tareas del desmantelamiento de estos sarcófagos nucleares flotantes.

Después de una etapa preparatoria, en diciembre de 2013, la nave fue anclada en la planta de reparaciones Nerpa. Allí deben aserrar del "Lence" la infraestructura superior a fin de instalarlo en la grada del astillero para el desmantelamiento definitivo. Los compartimentos contaminados serán aislados con revestimientos especiales y aserrados en bloques transportables. Esos bloques serán depositados en contenedores sarcófagos y transportados al combinado Mayak, de la provincia de Cheliábinsk hasta, digamos, el Juicio Final.

El trabajo avanza seguro

En general, las operaciones para liquidar residuos nucleares no representan un problema insoluble. La dilación de los trabajos en el "Lence", y otros de ese tipo, se debió, fundamentalmente, a la escasez de financiamiento, de las infraestructuras debidas y de los profesionales aptos, en las décadas del 90 y del 2000. La situación está hoy cambiando, han sido determinados los plazos de desmantelamiento de los depósitos flotantes de combustible nuclear usado que cumplieron hace tiempo su vida activa, y se ha asignado el financiamiento correspondiente.

Una tarea no menos importante es la del reemplazo de estos barcos. En 2011, la Flota Atómica, Atomflot, recibió un barco especial de contenedores, el "Rossita", destinado para la recepción y el transporte de combustible usado y de materiales radiactivos de los submarinos atómicos. Atomflot, que forma parte de la corporación estatal Rosatom, se ocupará ahora del descargue y depósito del combustible nuclear usado tanto de los buques de guerra como de los barcos con instalaciones energéticas atómicas. 

Es necesario destacar que, en la década próxima se reducirá el volumen de este trabajo, debido a que, una parte considerable de los submarinos soviéticos estará ya desmantelada. Mientras que los submarinos de la nueva generación serán, en primer lugar, no tan numerosos. 

Y en segundo lugar, sus reactores dispondrán de un plazo considerablemente mayor de servicio de la zona activa, hasta veinte y veinticinco años, en lugar de los cinco y diez de antes. En combinación con los proyectos de nuevas tecnologías podría hablarse, cruzando los dedos, de la superación de la "crisis atómica ecológica".

Foto: RIAN

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