La Organización para la Aviación Civil Internacional (OACI), un organismo de Naciones Unidas,
celebró entre el lunes y el martes una reunión en la que se estableció
un acuerdo para prevenir que vuelva a suceder una desaparición como la
del vuelo 370 de Malaysia Airlines.
A ella acudieron 40 representantes de controladores aéreos, aeropuertos, pilotos, reguladores…
La propuesta estrella de la OACI es la implantación de medidas de seguimiento obligatorio de los aviones. En la reunión mantenida en Montreal (Canadá),
la industria se ha comprometido a introducir progresivamente estos
sistemas de manera voluntaria.
El problema para una rápida implantación
es el alto coste de estos dispositivos; de ahí que
todavía se mantenga como una recomendación, ya que de lo contrario se
estaría forzando a la industria aeronáutica a realizar una fuerte y
repentina inversión. No obstante, la OACI ha comunicado a su Consejo de Gobierno que acepta el seguimiento integral de los aviones propuesto.
Ya en el año 2009, tras el accidente del vuelo 447 de Air France en pleno océano Atlántico, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) pidió recomendó hacer posible “la transmisión de datos para facilitar la localización tan pronto como una situación de emergencia se detecte a bordo”, en particular para vuelos que vayan a pasar por “áreas marítimas o remotas”, así como un localizador de emergencia ELT. El plan de la EASA es imponer esta normativa a partir de 2018, pero aún no se ha definido una fecha para que entre en vigor.
La EASA remitió a los asistentes a la reunión de la OACI en Montreal
un documento sobre el vuelo 447, con el que concluye que la posición de
los aviones debería actualizarse cada minuto, lo que reduciría el área
de búsqueda en caso de accidente a seis millas náuticas (11,1 km).
Air France ya utiliza el sistema ACARS
(con el que se envía información a los centros de mantenimiento) para
recibir información al minuto sobre la posición de sus vuelos, cuando
estos se encuentran a más de 15.000 pies (4.500 metros) de altura.
La
EASA indica a la OACI en el documento que ésta es la solución más barata
de implantar. Sin embargo, la Agencia Europea también
cree que a largo plazo habrá que desarrollar los sistemas de seguimiento
por satélite y los localizadores de emergencia, ya que el ACARS puede sufrir cortes de energía y es fácil de desconectar.
Por su parte, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), ha accedido a adoptar a finales de septiembre mejores sistemas de seguimiento. En diciembre, la IATA presentará las conclusiones del grupo de trabajo que creó para proponer un estándar global de localización.
El vuelo 370 de Malaysia Airlines era un Boeing 777 que desapareció el 8 de marzo, con 239 personas a bordo. Cubría la ruta Kuala Lumpur-Pekín. Su paradero y qué ocurrió realmente con él siguen siendo misterios por resolver.
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