Fuente: Kirill Kalínnikov / Ria Novosti
La crisis de las relaciones ruso-estadounidenses amenaza con romper
algunos de los acuerdos alcanzados durante la guerra fría. La
posibilidad de que EE UU dé pasos para anular el tratado INF sobre
misiles balísticos amenaza a Europa con convertirse objetivo de los
misiles rusos.
Con firma del
Tratado INF entre la URSS y los EE UU en 1987 se
dieron los primeros pasos para terminar con los misiles balísticos de medio y
corto alcance y así rebajar el peligro del conflicto nuclear entre la URSS y EE
UU.
“Gracias a este
tratado se liquidó una clase extremadamente peligrosa de misiles que tenían un
tiempo de vuelo hasta el objetivo muy corto, lo cual incrementaba enormemente
las posibilidades de que cualquier incidente insignificante se convirtiera
rápidamente en una guerra a gran escala”, declara a RBTH Iván Timoféyev,
director de programas del Consejo Ruso para los Asuntos Internacionales.
Además, tras la firma los estadounidenses retiraron sus misiles de Europa y
esta dejó de ser un posible objetivo de ataque para la Unión Soviética.
En la actualidad
EE UU se ha declarado en numerosas ocasiones partidario a anular este tratado. Washington asegura que
Moscú lleva ya dos años incumpliéndolo. El Ministerio de Asuntos Exteriores de
Rusia subraya que, en los casos en que supuestamente Rusia ha infringido las
cláusulas del tratado, no se ha recibido una explicación concreta por parte de
sus socios estadounidenses.
Sin embargo, EE UU, en lugar de concretar esta
cuestión, amenaza con una posible respuesta, como el despliegue en Europa de
misiles de corto y medio alcance, algo par lo que el gobierno de Gran Bretaña,
por ejemplo, ya ha dado su consentimiento.
Según Iván
Timoféyev, existe una alta probabilidad de que durante los próximos tres años
se anule el tratado: “Muchos políticos están interesados en romper el acuerdo.
Además, los lobbies de los complejos industriales militares de ambas
partes se muestran contrarios al tratado, ya que si este no existiera, se
reactivaría la carrera armamentística”.
No obstante,
existen también otros puntos de vista. Dmitri Súslov, del Centro de
Investigaciones Integrales Europeas e Internacionales de la Escuela Superior de
Economía, no cree que los estadounidenses hablen en serio de romper el acuerdo.
“Se trata más bien de un chantaje. Washington da a entender a Moscú que está
dispuesta a iniciar una seria carrera armamentística, incluso a volver a la
situación de los años 80. Además, ahora la Casa Blanca intenta demostrar a los
ciudadanos estadounidenses y a sus aliados que está dispuesta a defender sus
intereses con la misma determinación que Moscú”, explica Súslov a RBTH.
Si EE UU anula el
tratado, las consecuencias podrían ser muy graves, especialmente en el contexto
de los acontecimientos en Ucrania, donde Rusia y Occidente todavía no han
determinado las reglas del juego. “La situación de la seguridad en Europa
empeora gravemente. Aumenta el riesgo de conflicto, comienza una carrera
armamentística y, como consecuencia, se incrementa el riesgo de una escalada
del conflicto espontánea”, opina Iván Timoféyev.
“También es
posible que se produzca una división interna en la OTAN, - continúa Dmitri
Súslov. – Francia y Alemania se pronunciarán en contra, ya que no quieren
volver a convertirse en objetivos de los misiles rusos”. Evidentemente, EE UU
podría intentar convencer a Europa de que apoye su proyecto del escudo
antimisiles con este pretexto, aunque, según Súslov, esta apuesta no
funcionará. “El escudo antimisiles no se puede comparar en efectividad con el
armamento de ataque”, opina el experto.
Rusia
necesita hablar directamente con Europa
El gobierno ruso
amenaza con desplegar en el enclave de Kaliningrado (al norte de Polonia, en
la costa del Báltico) misiles Iskander si
Estados Unidos anula el tratado INF. No obstante, los expertos aconsejan no
apresurarse a la hora de tomar esta decisión.
“Si EE UU anula
el Tratado, Moscú deberá responder con mucha cautela e intentar debatir este
problema en el plano político. Es necesario iniciar un diálogo con Europa. Hay
que explicarles que en esta historia Europa sale perdiendo en primer lugar. Los
misiles de EE UU estarán desplegados allí, por lo que los rusos estarán
orientados hacia su territorio”, comenta Iván Timoféyev.
“Los primeros en
declarar la posibilidad de anular el tratado fueron los estadounidenses, no
Rusia, - recuerda Dmitri Súslov. – Debemos utilizar esto para iniciar un
diálogo intensivo con Europa. Muy difícilmente conseguiremos dividir a la OTAN
o iniciar un diálogo sobre el cambio de los fundamentos de la seguridad
europea, pero sí conseguiremos aunque sea iniciar un diálogo sobre la seguridad
que hasta ahora no ha existido.
Un diálogo sin la participación de EE UU”. Y no
se descarta que mediante este diálogo concreto acerca de un problema concreto
dé comienzo un proceso de normalización de las relaciones entre Rusia y
Europa.
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