Fuente: wikipedia.org
La modernización de las Fuerzas Armadas rusas ha llegado hasta la
defensa marítima. Tras iniciar el programa para incrementar el potencial
de combate de los aviones antisubmarinos Il-38 y el anuncio de los
planes para renovar el equipo en los aviones Tu-142 y en los
helicópteros Ka-27, parece ser que se plantea la creación de un
armamento antisubmarino totalmente nuevo.
La renovación de los equipos de
radioreceptores de tecnología aérea garantizará la localización exacta de los
submarinos enemigos mientras que los nuevos torpedos asegurarán su
aniquilación. ¿Cómo será el nuevo torpedo ruso?
El 2 de junio, Shamil Alíev, ingeniero de la
fábrica Dagdizel situada en la región sureña de Daguestán, anunció que su
empresa está trabajando en la creación de “armamento submarino de alta
precisión”.
El ingeniero destacó ciertas características
del nuevo torpedo, como la alta resistencia a las interferencias intencionales,
la inteligencia artificial y el sistema de control digital. Pero no quiso
revelar otros detalles alegando la confidencialidad del programa. Según Alíev,
este equipo reunirá en sí las funciones de explorar, observar y detectar así
como medios para el ataque directo.
En una entrevista realizada hace dos años,
Shamil Alíev habló del futuro de este tipo de armamento y reconoció el retraso
de Rusia en este campo respecto a Francia y a Estados Unidos: “Al fin y al cabo,
nuestros torpedos, en comparación con los mejores torpedos del mundo, son más
pesados y más ruidosos, porque no tienen componentes modernos ni unidades
analíticas-súper informativas”.
Para superar este retraso Alíev instó a
empezar los trabajos de investigación. A juzgar por el hecho de que ahora se
habla de modelos concretos, todo parece indicar que el trabajo se llevó a cabo.
Hay dos líneas básicas: la modernización del
torpedo soviético más famoso en el mundo Shkval y la creación de una máquina
totalmente nueva, un torpedo miniatura de una longitud no superior a los 30
centímetros. Alíev lo comparó con unas “tenazas” que lentamente, de forma
inadvertida y en gran cantidad se dirigen al objetivo, se “pegan” a él y
explotan.
La segunda línea de trabajo es totalmente
secreta y sobre ella no se sabe nada excepto la idea general.
En cuanto al VA-111 Shkval, parece ser que su
puesta a punto implica introducir cambios considerables en la construcción,
apariencia e incluso táctica de uso.
Se trata de una producción única, creada
en la fábrica Dagdizel y que se empezó a utilizar en la segunda mitad de los
años 70, capaz de alcanzar una velocidad bajo el agua de hasta 300 km/h gracias
a la llamada cavitación (movimiento en una burbuja de aire).
A esta velocidad a distancias cortas no es
posible apartarse de su impacto, pero tiene varios defectos. Es muy ruidoso y su alcance es muy
corto, sólo 8-10 km. Esto provoca que se descubra el submarino portador de
torpedos.
Entre las prioridades que destacó Alíev en su
entrevista de 2013, mencionó precisamente este torpedo, señalando que él mismo
participa en el diseño de su forma hidrodinámica en la versión modernizada.
Este trabajo consiste en determinar la frontera entre el agua y el aire
alrededor del torpedo, lo que permite establecer sus límites de peso y tamaño.
También recordó los análogos norteamericanos
que “pueden vestirse con una 'falda' sensor especial de varias capas” y cambian
de rumbo en función de la orden del operador. Es muy probable que el nuevo submarino
militar ruso de alta precisión incorpore esta característica.
La sustitución del sistema de navegación
inercial de Shkval por los últimos avances tecnológicos aumentará el alcance y
permitirá crear un nuevo armamento: “El torpedo no sólo tendrá que golpear el
armazón del adversario, sino que tendrá que caer en su punto más vulnerable, el
control de comando o el mando de gestión. No podemos olvidar que un submarino
sólo puede ser aniquilado por un torpedo, no se puede eliminar con un mísil”,
explicó Alíev.
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