Para qué van a usarse y por qué los quiere el ejército
Carlos Puch, responsable de relaciones Institucionales del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) explica que en realidad, llamamos drones a un montón de vehículos que no lo son. En el INTA prefieren la denominación Sistema Aéreo Pilotado Remotamente
(RPAS por sus siglas en inglés). Los actuales aviones teledirigidos
cumplen diferentes funciones, desde la vigilancia de aguas territoriales
para evitar la piratería, hasta servir como señuelos de prácticas de
artillería, o para entrenamiento de pilotos.
¿Por qué
drones nuevos? El ejército ya dispone de muchos RPAS tácticos para
tareas simples de reconocimiento, pero estos cuatro nuevos vehículos son
los primeros de tipo estratégico. Estos vehículos aéreos no tripulados
vuelan a una altura superior a los 10.000 metros durante más de 24 horas
ininterrumpidas. Su capacidad para reconocimiento es superior a la de
los RPAS de que se dispone actualmente, y son los primeros capaces de
portar armas. En este momento hay dos ofertas sobre la mesa:
Los dos modelos en los que está interesado
El
Ministerio de defensa ha aprobado una partida de 25 millones de euros en
los presupuestos generales del estado de 2016 para la compra de cuatro
drones y dos estaciones base (una fija y una móvil) desde la que
pilotarlos. El número de vehículos y estaciones no es casual. Se venden
en paquete y 4 es el mínimo. En otras palabras, no se puede comprar solo
uno. El gasto total de la operación, repartido de aquí a 2020 será de
171 millones de euros.
MQ-9 Reaper
También conocido como Predator B,
este RPAS estadounidense es más pequeño, ligero y rápido que el popular
Predator. Su turbohélice de 950 caballos de potencia le permite
alcanzar una velocidad máxima de unos 480 km/h. Dependiendo de la
configuración de depósitos de combustible, puede estar hasta 42 horas en
el aire.
Aunque está
preparado para llevar armas, sus principales funciones son la
vigilancia y el reconocimiento aéreo, para lo que cuenta con un nutrido
grupo de sensores y cámaras. Aparte de en conflictos bélicos como el de
Afgansitán, el MQ-9 participa en la lucha contra el narcotráfico en la
frontera con México. La NASA también tiene uno para proyectos de ciencia suborbital.
Heron TP
Foto: Udi Brill. iSkyteam
El Heron
TP, llamado también IAI Eitan es la otra alternativa que baraja el
ejército español. No es tan versátil ni tiene tanta autonomía en el aire
como el Reaper (solo 36 horas), pero a cambio tiene una mayor potencia y
capacidad de carga. Es, de hecho, el dron de este tipo más grande del
mundo, con una envergadura de 26 metros y capaz de cargar hasta 2.000
kilos.
De las dos
opciones, la favorita de la Fuerza Aérea es la del MQ-9. La razón es que
es un tipo de dron que ya opera en otros países de la OTAN como Reino
Unido, Francia, Italia u Holanda, y eso hará más sencillo entrenar a sus
pilotos y compartir equipamiento en misiones internacionales en caso
necesario.
Drones actualmente en servicio, desarrollados en España por el INTA
“El
Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial lleva más de 20 años
desarrollando sus propios vehículos no tripulados. El primero en volar
fue el Siva, en el año 2000.” nos explica Jaime Cabezas.
Cabezas ha
sido el director de desarrollo de Siva y ALO, dos de los proyectos de
RPAS más importantes del INTA y es el actual director de investigación
del Instituto. Los cuatro vehículos creados en España son algo más que
prototipos. El ejército los utiliza habitualmente en muchas tareas y
sirven como plataforma para numerosos programas de investigación.
ALO
ALO son las siglas de Avión ligero de Observación.
Se trata de un pequeño aeroplano de solo 55 kilos de peso. En su
interior, el ALO lleva una cámara aérea capaz de grabar vídeo en tiempo
real en el espectro normal de visión o en infrarrojo.
La señal
del ALO se recoge en una estación base móvil (en un camión) que la
coteja con datos de cartografía. El techo de este pequeño dron de
exploración es de 4.270 metros y tiene un alcance de hasta 100
kilómetros en función del tipo de carga. Aparte de la cámara estándar
que porta, puede llevar otros dispositivos o sensores en su
compartimento modular. También está preparado para despegar en pistas
cortas y sin asfaltar.
SIVA
Desde su
creación en 2006, SIVA ha estado en servicio como vehículo pilotado a
distancia a cargo de la observación en las prácticas de tiro del
regimiento de artillería, en León. Junto a ALO, es el dron más utilizado
en la escuela de pilotaje de drones de la Universidad de Salamanca.
Desde 2012, la licencia oficial para pilotar estos vehículos en España
se obtiene a los mandos de un ALO o un SIVA dependiendo del tipo de
licencia según el peso del aparato. También es la primera aeronave
española que logró volar en modo completamente automático.
Ambos UAV son también los protagonistas de varios programas de investigación no militares. La Universidad Carlos III ha trabajado con SIVA en un proyecto para mejorar los sistemas de comunicaciones aéreos.
SIVA es también el centro de uno de los proyectos de investigación del programa SESAR (Single European Sky ATM Research).
SESAR es una plataforma europea que investiga formas de mejorar el
tráfico y la seguridad aérea. En el caso de SIVA, el dron español se ha
utilizado para buscar formas de integrar este tipo de vehículos no
tripulados en el espacio aéreo civil y militar.
Diana
Su nombre
no es casual. Diana es un blanco aéreo para maniobras de artillería y
prácticas de vuelo. Es el único RPAS a reacción y el más rápido de los
que ha creado el INTA. No solo puede volar hasta una hora a una altura
máxima de 6.000 metros y con un rango máximo de 100 Km. También es muy
rápido, con tramos de vuelo de hasta 200 metros por segundo.
Con una
longitud de 3,47 metros, Diana no es un simple misil. El dron es capaz
de realizar maniobras evasivas complejas en el aire. El año pasado, El
INTA transfirió dos de estos vehículos al ejército de Brasil como parte
de un acuerdo de transferencia tecnológica. Es la primera vez que un dron diseñado en España se vende a otro país.
Milano
Milano es
el más grande de los UAV diseñados por el INTA. Se trata de una
plataforma destinada únicamente a la investigación, pero con unas
notables capacidades de reconocimiento. Es capaz de permanecer 20 horas
en el aire con un techo de 8.000 metros y se comunica directamente vía
satélite con el puesto de mando.
Aparte de
para tareas de guerra electrónica o reconocimiento aéreo. El Milano
cumple labores de vigilancia de fronteras, supervisión de incendios
forestales o análisis de estructuras críticas. Tecnológicamente, está
justo un peldaño por debajo de los nuevos drones que va a comprar el
ejército.
Aparte de
desarrollar vehículos no tripulados propios, el ejército también utiliza
drones comprados a otros fabricantes. Estos son algunos de ellos.
RQ-11 Raven (Cuervo)
Soldado Estadounidense a punto de lanzar un Raven en Iraq. Foto: Wikimedia Commons
En 2008, el ejército dio luz verde
a la compra de 27 de estos miniaviones espía para reforzar la seguridad
de las tropas españolas desplegadas en El Líbano y Afganistán. Los
cuervos son muy pequeños (solo 1,9 kilos) y se echan a volar a mano o
desde una pequeña lanzadera. Vuelan a una altura de entre 30 y 170
metros con una autonomía de 10km, y su objetivo es el reconocimiento de
zonas peligrosas mediante sus cámaras normales y de infrarrojos.
Los cuervos
se pueden controlar manualmente desde una estación base que cabe en una
maleta, o bien dejar que vuelen solos cumpliendo la programación que
tengan instalada en ese momento. Sobre el terreno, estos ojos en el aire
han salvado numerosas vidas de soldados gracias a sus labores de
reconocimiento.
Searcher MKII
El ejército
mantiene cuatro de estos drones fabricados por IAI, la misma empresa
israelí que fabrica el Heron TP. Fueron los cuatro primeros grandes UAV
que compró el Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra
(en diciembre de 2007).
Se trata de pequeños aviones tácticos, de baja
altitud y corto alcance que conforman el denominado sistema PASI del
Ejército (Plataforma Autónoma Sensorizada de Inteligencia). Acompañaron, por ejemplo, a las tropas españolas destinadas en Afganistán.
Scaneagle
El Scaneagle es un dron de fabricación estadounidense que conforma la 11ª
escuadrilla de la Armada Española. Se trata de la variante militar de un
dron creado para localizar bancos de peces. En el caso del Scaneagle,
su misión es la vigilancia marítima en zonas con piratería o patrullar
las aguas territoriales en busca de posibles embarcaciones ilegales
dedicadas al tráfico de droga.
Detalle del lanzamiento y recogida de un Scaneagle en buques de la marina estadounidense. Fotos: Wikimedia Commons
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