Corea del Norte ha desplegado lanchas de desembarco
anfibio que transportan fuerzas especiales, manteniendo así una actitud
de combate a pesar de las conversaciones intercoreanas que se llevan a
cabo para calmar las tensiones militares, informaron fuentes militares
surcoreanas citadas por la agencia Yonhap.
Según la agencia surcoreana, cerca de 10 lanchas de
desembarco norcoreanas han dejado su base de operaciones en Cholsan,
provincia del Pyongan, y se desplazaron a una base naval situada a unos
60 kilómetros al norte de la línea fronteriza septentrional, la frontera
intercoreana de facto en el mar Amarillo, dijeron las fuentes.
La situación en la península de Corea se intensificó este
jueves cuando Corea del Sur anunció el lanzamiento de artillería
norcoreana contra su territorio. Una hora después, Seúl abrió fuego en
respuesta, realizando una treintena de disparos hacia territorio
norcoreano.
Las negociaciones de
alto nivel entre las dos Coreas se han reanudado este domingo en la
aldea fronteriza de Panmunjomen, después de una pausa de varias horas.
Los países tratan de aliviar la tensión aumentada tras un intercambio
de fuego de artillería que tuvo lugar en la zona desmilitarizada este
jueves.
Un millón de norcoreanos, listos para una "guerra sagrada contra los enemigos"
Sobre el telón de fondo del aumento de la tensión en
la península coreana, más de un millón de voluntarios se han unido al
Ejército de Corea del Norte con el fin de "defender el país y aniquilar a
los enemigos".
Más de un millón de jóvenes de todas las regiones de
Corea del Norte han expresado "ardientemente" su deseo de unirse al
Ejército Popular de Corea para "defender el país en una guerra sagrada",
movidos por "la fe y la voluntad de aniquilar a los enemigos", informa
la Agencia Telegráfica Central de Corea (KCNA, por sus siglas en inglés). La cantidad de voluntarios "aumenta cada hora", según la agencia.
Las tensiones entre Pionyang y Seúl se intensificaron el pasado jueves, cuando Corea del Norte disparó proyectiles contra
territorio de su vecino, provocando fuego de respuesta por parte de
Corea del Sur.
Al mismo tiempo, el líder norcoreano, Kim Jong-un, ordenó la
alerta de guerra y dio un ultimátum de 48 horas a Seúl para que elimine
los altavoces que emiten propaganda contra Pionyang en la frontera.
Ambas partes acordaron celebrar
una reunión de alto nivel el pasado domingo, que terminó sin
resultados. Corea del Sur no ha interrumpido este lunes las emisiones de propaganda contra el gobierno de Kim Jong-un en la zona desmilitarizada.
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