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La alianza israelí-azerbaiyana sigue apareciendo una y otra vez en los títulos de las noticias. El formato de las relaciones entre Bakú y el Estado judío se distingue por una misteriosidad especial.
No es una alianza contra Armenia
que hasta ahora retiene los territorios ocupados durante la guerra con
Azerbaiyán. Israel y Bakú tampoco trabaron amistad contra los enemigos
árabes de Israel. Incluso no se puede decir que esa amistad apunta
contra Irán.
No obstante, se puede observar un
enfriamiento de las relaciones armenio-israelíes por las acusaciones
cada vez más frecuentes en Ereván contra el movimiento sionista de
participar en los crímenes de 1915, lo que los israelitas consideran
calumnias. También se puede constatar el desafecto en Bakú hacia los
radicales árabes. Es que precisamente en los campamentos de la
Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en el Líbano también
se entrenaba a extremistas armenios. Sin embargo, Azerbaiyán tiene
buenas relaciones con Arabia Saudí, con Qatar y otros países árabes, que
respaldan a los “hermanos musulmanes”. La actitud azerbaiyana hacia
Irán es muy cautelosa. Es más, veinte millones de azerbaiyanos en Irán
están privados de los principales derechos nacionales. De todos modos,
todas las circunstancias arriba mencionadas son insuficientes para
explicar satisfactoriamente el fenómeno azerbaiyano-israelí.
Para
ilustrar todo lo dicho se puede citar la reciente venta de armas
israelíes a Azerbaiyán por 1,6 millardos de dólares, incluyendo el
suministro de decenas de los elogiados aviones no tripulados israelíes.
El intercambio de informaciones a nivel de los servicios secretos es
ininterrumpido, lo cual explica el éxito de las autoridades azerbaiyanas
en la lucha contra el terrorismo. Al mismo tiempo, Bakú no abrió hasta
el día de hoy una representación en Israel, para no irritar a los socios
musulmanes y árabes.
El tema de esta alianza exótica
de nuevo se está discutiendo en los últimos días, tras la información
de la Agencia Reuters sobre el posible empleo por Israel de una base
militar en Azerbaiyán para el caso de que se emprendan ataques contra
las plantas nucleares iraníes. Realmente sorprende la memoria corta de
los periodistas, que centran la atención en torno a dicho tema. Es que
aún el pasado mes de marzo la revista norteamericana Foreign Policy comunicó
sobre la Base Aérea israelí en Azerbaiyán, citando altas fuentes
informativas. Transcurrió medio año sin que se encontrara confirmación
alguna de dicha información. Esto no impidió que Reuters retomara la
sensación virtual del reciente pasado. El analista militar israelí Ron
Ben-Yishai había escrito aún entonces, que la administración
estadounidense desarrollaba una campaña concreta de desinformación, con
el fin de desacreditar las diferentes opciones militares de Israel.
Su
colega Alex Fishman se pronunció de forma más detallada: “Para llegar
hasta Azerbaiyán nuestra Fuerza Aérea necesita atravesar (el espacio
aéreo) de Turquía o Iraq, de Arabia Saudí o Siria. Por ese rumbo se
encuentran asimismo Georgia y Armenia. Una sola publicación basta para
alarmar no solo a Teherán y Bakú, sino también a los países ya
nombrados, que comprenden que están siendo arrastrados a una disputa
ajena. Pero incluso en el caso de que se logre levantar las
restricciones para el cruce del espacio aéreo de los países, que no
tienen muchas ganas de abrirlo para nosotros, cabe preguntarse: ¿reduce
el empleo del territorio de Azerbaiyán la distancia hasta el objetivo y
justifica las posibles complicaciones con otros Estados? No, es la
respuesta unívoca. Cuando se trata del lanzamiento de ataques contra
objetivos situados en la región de Teherán, Azerbaiyán tiene, sin duda
alguna, ventaja geográfica. Pero cuando se trata de objetivos instalados
en el sur de Irán, la distancia no justifica esta aventura”.
Y
el politólogo David Eidelman subrayó que para la operación que planea
Israel no existen bases convenientes en territorio de Azerbaiyán. “Con
los modernos medios de seguimiento hace mucho que hubiésemos obtenido
confirmaciones reales, pero en Azerbaiyán no existe ninguna base
israelí”. La idea del empleo por Israel de bases aéreas militares
abandonadas es simplemente absurda. Es que una base aérea moderna no
implica solamente el asfalto, sino también un complicadísimo sistema
electrónico, de mando, seguimiento, defensa. Azerbaiyán no tiene hoy
bases de semejante nivel”.
Eidelman fue consejero del
primer ministro Olmert precisamente durante la operación de destrucción
de un reactor nuclear sirio, seis años atrás. Además, está convencido
de que Israel está en condiciones de poner fin al programa iraní, pero
también ve otros guiones: “La moneda iraní se ha devaluado en un año en
un 80 %. En Teherán han comenzado disturbios masivos. Es muy probable
que no exista necesidad de que Israel lance un ataque de precisión.
mj/as
Avigdor Eskin / http://spanish.ruvr.ru
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