El presupuesto militar de China desde hace tiempo es el
segundo en el mundo y, según varios analistas occidentales, no incluye
todos los gastos militares de China. En parte, lo reconoce el propio
Gobierno chino. Por ejemplo, no es ningún secreto que el presupuesto
militar no incluye los trabajos I+D, así como las pruebas de nuevos
modelos de armamento y material (salvo las pruebas ya en las unidades
militares). Además, en el presupuesto no se refleja una parte de los
gastos en el mantenimiento de los reservistas y en la importación del
armamento. Tal vez, haya otros componentes de gastos no incluidos en el
presupuesto militar chino.
En consecuencia, por el
momento, no figuran en el presupuesto muchos programas militares que
acaparan la atención del mundo, a saber, el desarrollo de aviones de
quinta generación J-20, J-31; del avión de cubierta J-15; del avión
pesado de transporte Y-20 y del misil balístico intercontinental.
Por
lo visto, hasta ahora no ha tenido su reflejo en el presupuesto militar
el programa de despliegue de nuevos misiles balísticos
intercontinentales de emplazamiento en submarinos JL-2, si bien la
Marina ya recibió los nuevos sumergibles atómicos en capacidad de
portarlos.
Al propio tiempo, el presupuesto recoge los
ensayos y la puesta a punto del portaviones “Liaoning”, incorporado en
los arsenales el año pasado. De todas formas, los gastos reales en la
defensa son notablemente mayores.
La dinámica del
crecimiento del presupuesto militar chino evidencia que el mismo en
parte está vinculado al índice de precios al consumo del año anterior,
pero guarda una estrecha relación con este índice. Teniendo en cuenta la
tasa de inflación, desde mediados de los años 90, el presupuesto
militar chino crece a un ritmo alto, pero relativamente estable. Es un
proceso lógico e inevitable.
Primero, las FFAA de China
deben superar su atraso tecnológico. Se trata no sólo de considerables
existencias de armamento producido en los años 80 o antes, sino también
de un escaso número de helicópteros, transportes blindados, piezas de
artillería autopropulsadas, modernos medios de comunicación y control,
etc.
Segundo, el crecimiento económico y la mejora del
bienestar suponen un constante aumento de las pagas a los militares. Se
adoptan medidas con vistas a fomentar la atención social para militares y
sus familiares. En particular, han aumentado las compensaciones en caso
de muerte o discapacidad profesional de los militares, la cuantía de
las pensiones.
Y, por último, el aumento del presupuesto
militar chino debe ser enfocado en el contexto de todo el acontecer
asiático. El próximo año fiscal (que comienza el 1 de abril), India
planea aumentar su presupuesto militar hasta 42 700 millones de dólares,
o sea, en el 21 %. EEUU ya hace tiempo anunció que su actividad militar
se centraría en la zona Asia-Pacífico. Japón y Vietnam están
enérgicamente modernizando sus Ejércitos. Si los países limítrofes con
China explican el aumento de sus gastos militares con el incremento del
poderío militar y la falta de transparencia de las intenciones chinas,
para China tampoco son transparentes los designios e intenciones de
otros países, incluyendo EEUU.
ach/as/sn
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