Las armas basadas en la tecnología de pulsos
electromagnéticos son unas de las más avanzadas para cualquier ejército.
Mientras cada potencia desarrolla sus variantes, Rusia pone la mira en
medidas de neutralización sin violencia.
Por el momento un pulso electromagnético (PEM) es, inherentemente,
una herramienta militar, ya que todavía no tiene mucho uso 'civil':
podría ser utilizado para lanzar proyectiles o para apagar cualquier
sistema electrónico, explica el sitio web militar ruso 'Warfiles'.
Un pulso comprende una emisión brusca de energía de alta intensidad, lo
que trastorna las señales de radio o hace inutilizable cualquier
componente electrónico, o sea, todos los conductores.
Dos caminos: atacar o impedir ataques
Las potencias avanzadas
aspiran a convertir el pulso magnético en algún sistema finalizado capaz
de integrarse en varias estrategias militares. Por ejemplo, EE.UU. optó
por adaptar la tecnología para un cañón. El resultado, el famoso 'Cañon de riel', es considerado la posible arma de los buques de guerra estadounidenses de un futuro próximo.
Rusia, por su parte, apostó por el efecto directo del pulso: la neutralización de todo equipo electrónico.
Aunque es más complicado tecnológicamente, ofrece una variedad de usos
tácticos y sería más humano porque presupone neutralizar al enemigo sin
atacarle directamente. Por ejemplo, la tripulación de un tanque
'apagado' simplemente no podría utilizar sus armas ni mover el vehículo:
lo último que quedaría sería rendirse.
Armas de PEM rusas: desde los primeros pasos hacia el servicio activo
La
primera arma de PEM de Rusia fue presentada en 2001 en una feria en
Malasia. Se trató del complejo Ránez-E, parecido a un vehículo de
comunicación, que en realidad generaba pulsos de energía dirigidos
contra unos blancos aéreos y capaces de 'apagarlos'. A pesar de generar
mucho interés, recibió una gran cantidad de observaciones críticas, que
los ingenieros rusos resolvieron en las variedades siguientes.
© warfiles.ru
Ahora el Ejército ruso lleva a cabo el desarrollo de una serie de armas
de PEM de varios tipos, entre ellas misiles balísticos y de crucero con
ojivas electromagnéticas que ya tienen prototipos para las pruebas.
Además, varios vehículos ya entraron en servicio, por ejemplo un
complejo móvil de guerra radioelectrónica capaz de ocultar un círculo de
hasta 300 kilómetros de superficie de vigilancia de los radares.
Las
naves rusas están equipadas con sistemas de protección radioelectrónica contra
misiles guiados y de disrupción de datos que reciben los radares del
enemigo. Finalmente existen complejos para la infantería destinados a
prevenir las señales de detonación en caso de dispositivos explosivos
operados a través de radioondas o trastornar señales de los sistemas de
navegación y apuntación.
Junto con los complejos antiaéreos y las fuerzas de disuasión nuclear, las armas de PEM constituirán un pilar de las armas de defensa del Ejército ruso.
© warfiles.ru
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