El viceprimer ministro ruso, Dmitry Rogozin, admitió
que han ocurrido “extrañas inconsistencias”, sin concretar mucho más,
en la construcción de una planta en Venezuela para producir fusiles de
asalto Kalashnikov.
La cooperación en tecnología de
Defensa fue uno de los temas de la agenda de la comisión de alto nivel
ruso-venezolana, que se reunió en Caracas.
Rogozin señaló que aún estaba por establecerse por qué y cómo el
actual contratista había recibido el contrato para construir la fábrica.
“El contratista general será cambiado y el plazo para completar las
obras de construcción se ha aplazado hasta finales de 2015”, dijo al
responder una pregunta de la agencia rusa de noticas Tass.
Agregó que Rusia y Venezuela establecerán un mecanismo de control más estricto para que se cumplan los acuerdos bilaterales.
La planta de fusiles tiene previsto producir unas 25 mil armas de asalto AK-103/AK-104 al año.
El contrato
En mayo de 2005, Venezuela concretó la compra de 100 mil fusiles
Kalashnikov AK-103/AK-104, para introducirlo como fusil de asalto de uso
común en la Fuerza Armada Nacional. La orden
comprendió, además de los accesorios (cargadores, bayonetas), 74
millones de cartuchos calibre 7,62x39 mm, 2 mil juegos de repuestos, 50
juegos de calibradores, 2 mil manuales de empleo y cinco simuladores
unificados para entrenamiento de tiro con el fusil.
Posteriormente, en 2006, se contrató la instalación en Venezuela de
una planta para la producción de los fusiles AK-103/AK-104 y otra para
la munición de 7,62x39 mm.
Ambas plantas están localizadas en las
instalaciones de la estatal Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim), en Maracay, estado Aragua.
Inicialmente, se anunció que las plantas comenzarían a producir en
2009, luego que en mayo de 2011, y, finalmente, el embajador de Rusia en
Venezuela aseguró que la fábrica de fusiles, estaría lista en 2012.
Infodefensa.com
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