A bordo de los buques de la Armada ‘Martin Posadillo’ y ‘Camino Español’, la Batería Patriot del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 74, con sede en San Roque (Cádiz), ya ha puesto rumbo a Turquía, donde proporcionará defensa antimisil en la frontera con Siria en el marco de la misión que la OTAN lleva a cabo en la zona, según ha informado el Estado Mayor de la Defensa.
La llegada a territorio turco de los sistemas de defensa aérea del Ejército de Tierra, junto con 145 militares, está prevista para el mes de enero. En ese momento se procederá al relevo de las unidades Patriot holandesas, que llevan desplegadas en Turquía desde principios +de 2013.
Los efectivos españoles estarán destacados en el aeropuerto de Adana, a menos de 200 kilómetros de la frontera con Siria. Allí desplegarán los seis lanzadores de misiles Patriot y el sistema de radar asociado, que tienen la capacidad para destruir múltiples objetivos gracias a los misiles guiados que se gestionan desde la denominada Estación de Control de Empeños.
El despliegue español se complementa con el que unidades similares de Estados Unidos y Alemania mantienen en Kahramanmaras y Gaziantep, respectivamente. Según lo previsto, el contingente español permanecerá en Turquía durante un año.
La situación de guerra civil que se vive en Siria –que comenzó en el año 2011-, junto con la consiguiente inestabilidad que el conflicto ocasiona en el flanco sur de la OTAN –Turquía es miembro de la Alianza Atlántica-, propició que, en febrero de 2013, los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN decidieran aumentar las capacidades antiaéreas turcas mediante el despliegue de baterías de misiles Patriot.
En junio de 2012, un avión de combate turco fue presuntamente derribado por las fuerzas antiaéreas del Ejército sirio. Desde ese momento, Turquía promovió dos reuniones extraordinarias de la OTAN para analizar el conflicto. Una se celebró tras el derribo del avión, en junio, y otra en octubre, cuando Turquía respondió a los ataques sirios que se produjeron en la frontera entre ambos países.
Al presidente sirio, Bashar al-Assad, no le agradó la idea de que Turquía acogiese, en septiembre de 2011, al entonces principal órgano de la oposición a su régimen, el Consejo Nacional de Transición. De ahí que la escala de tensión entre ambos países provocase la reacción inmediata de las naciones aliados.
M.Ángeles Moya
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