La India se encuentra en tiempos de paz,
pero sus cazas se estrellan con una frecuencia propia de una guerra,
unos siniestros liderados por los MiG, que se han ganado el apelativo de
ataúdes volantes y simbolizan problemas como la obsolescencia y la
deficiente formación de los pilotos.
La mitad de los 872 MiG
rusos que tiene la India han sufrido siniestros en las últimas cuatro
décadas, unos accidentes en los que han muerto 171 pilotos, 39 civiles y
ocho personas sin identificar, según datos del Ministerio de Defensa.
No solo se estrellan los aviones de origen soviético: en el último año murieron al menos 21 militares en varios accidentes de helicópteros
y en el siniestro de un Hércules C-130 J. Estos números, más propios de
un conflicto bélico que de maniobras, llevaron al ministro de Defensa
indio, Manohar Parrikar, a informar de la situación de las Fuerzas
Aéreas de la India (IAF) ante el Parlamento esta semana, al igual que
hizo su antecesor A.K. Antony en 2012.
La India está situada en un tenso vecindario y mantiene una rivalidad histórica con China y Pakistán, países con los que ha librado varias guerras y diversos conflictos. Antony afirmó que la IAF se están centrando en "los estándares de entrenamiento de los pilotos jóvenes", una admisión de que uno de los motivos del alto número de accidentes se debe a la mala formación de los aviadores indios, algo que comparten los expertos.
"Los pilotos indios tienen un bajo nivel de entrenamiento. Los problemas son especialmente graves en la formación básica, lo que dificulta los entrenamientos medios y altos posteriores", dijo a Efe una fuente del sector, que prefirió mantener el anonimato. Los MiG, que forman la columna vertebral de la flota india, compuesta por unos 1.000 aparatos entre cazas, helicópteros y aviones de transporte, son unos cazas muy exigentes en su pilotaje y aceptan pocos errores. Al mal aprendizaje hay que sumar la obsolescencia de los aparatos y su pobre mantenimiento, lo que provoca que de la operatividad de la flota india se encuentre en torno a un 50 %.
Los vetustos MiG comenzaron a volar con el Ejército indio en 1966: a día de hoy continúan operativos modelos de los años 70 y su mantenimiento no es el adecuado. "Es un problema de planificación y logística para conseguir las piezas de recambio. Los militares indios se quejan a los rusos porque no les proporcionan las piezas que necesitan. A ello hay que sumar la falta de presupuesto", afirmó la fuente anónima. Pero incluso las aeronaves más modernas del Ejército indio, los Sukhoi, tienen una operatividad del 40 % por problemas de mantenimiento.
Aunque en menor medida, la Armada india también sufre un alto número de siniestros, que provocaron la dimisión de su comandante en jefe Devendra Kumar Joshi este mismo año, tras una docena de accidentes en buques y submarinos en siete meses que se cobraron la vida de varios oficiales y marineros. El jefe de la IAF, Arup Raha, ha expresado su preocupación por el estado de su flota: dispone de 34 escuadrones de cazas operativos -14 de ellos obsoletos MiG-, mientras se retrasan los proyectos de adquisiciones de aparatos.
Los analistas estiman que la India necesita un mínimo de 44 escuadrones para un hipotético enfrentamiento con China o Pakistán, una situación que el país del elefante trata de paliar.
La India está situada en un tenso vecindario y mantiene una rivalidad histórica con China y Pakistán, países con los que ha librado varias guerras y diversos conflictos. Antony afirmó que la IAF se están centrando en "los estándares de entrenamiento de los pilotos jóvenes", una admisión de que uno de los motivos del alto número de accidentes se debe a la mala formación de los aviadores indios, algo que comparten los expertos.
"Los pilotos indios tienen un bajo nivel de entrenamiento. Los problemas son especialmente graves en la formación básica, lo que dificulta los entrenamientos medios y altos posteriores", dijo a Efe una fuente del sector, que prefirió mantener el anonimato. Los MiG, que forman la columna vertebral de la flota india, compuesta por unos 1.000 aparatos entre cazas, helicópteros y aviones de transporte, son unos cazas muy exigentes en su pilotaje y aceptan pocos errores. Al mal aprendizaje hay que sumar la obsolescencia de los aparatos y su pobre mantenimiento, lo que provoca que de la operatividad de la flota india se encuentre en torno a un 50 %.
Los vetustos MiG comenzaron a volar con el Ejército indio en 1966: a día de hoy continúan operativos modelos de los años 70 y su mantenimiento no es el adecuado. "Es un problema de planificación y logística para conseguir las piezas de recambio. Los militares indios se quejan a los rusos porque no les proporcionan las piezas que necesitan. A ello hay que sumar la falta de presupuesto", afirmó la fuente anónima. Pero incluso las aeronaves más modernas del Ejército indio, los Sukhoi, tienen una operatividad del 40 % por problemas de mantenimiento.
Aunque en menor medida, la Armada india también sufre un alto número de siniestros, que provocaron la dimisión de su comandante en jefe Devendra Kumar Joshi este mismo año, tras una docena de accidentes en buques y submarinos en siete meses que se cobraron la vida de varios oficiales y marineros. El jefe de la IAF, Arup Raha, ha expresado su preocupación por el estado de su flota: dispone de 34 escuadrones de cazas operativos -14 de ellos obsoletos MiG-, mientras se retrasan los proyectos de adquisiciones de aparatos.
Los analistas estiman que la India necesita un mínimo de 44 escuadrones para un hipotético enfrentamiento con China o Pakistán, una situación que el país del elefante trata de paliar.
+ La India se ha convertido en el
principal importador de armas mundial, con un crecimiento de las compras
del 111 % entre 2009 y 2013, de acuerdo con el Instituto Internacional
de Estudios para la Paz de Estocolmo, gran parte de ellas de aviones.
Hace dos años, el Gobierno indio decidió comprar 126 cazas Rafale de
Dassault por 10.000 millones de dólares, en el llamado "contrato del
siglo" por la enormidad del negocio, pero todavía no se ha cerrado el
acuerdo con los franceses.
A pesar de todo ello, la situación de IAF
está mejorando: si hoy pierde un escuadrón -entre 16 y 18 aviones- cada
dos años hace una década se perdían ese número de aeronaves en un solo
año. "La tasa actual (de accidentes) es buena en comparación", dijo el
optimista ex jefe adjunto de la IAF, Pranab K. Barbora, al diario
Business Standard.
Jaime León
http://www.onemagazine.es
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