afp
La Policía turca detiene a 251 personas en una gran operación antiterrorista desarrollada por las autoridades turcas en trece provincias del país
Turquía ha bombardeado posiciones del Estado Islámico en Siria, alcanzando y destruyendo cuatro objetivos, según ha confirmado Ankara este viernes.
El ataque aéreo, el primero de este tipo, se produjo como represalia por el combate de ayer entre militantes yihadistas y guardias fronterizos
turcos en la provincia de Kilis, en el que murieron un soldado turco y
uno de los atacantes. Otros dos militares resultaron gravemente heridos.
Al parecer, el tiroteo se produjo después de que una patrulla
sorprendiese a los militantes intentando cruzar la frontera, momento en
el que los yihadistas abrieron fuego contra los soldados. El Ejército
turco respondió disparando con artillería y tanques, y, horas más tarde,
con bombardeos aéreos.
Además, la Policía antiterrorista turca
ha movilizado a cinco mil agentes en una gigantesca redada simultánea
contra organizaciones armadas en 13 provincias del país.
Un total de 251 presuntos militantes del Estado Islámico,
el YDG-H (la rama urbana de la guerrilla kurda del PKK) y el grupo de
ultraizquierda DHKP-C han sido detenidos. Además, una mujer, sospechosa
de formar parte de este último grupo, ha muerto por disparos de la
policía cuando la policía trató de arrestarla en su casa de Bagcilar, en
el extrarradio de Estambul.
Al actuar contra todos los grupos a la vez, las autoridades
tratan de limitar la escalada de violencia que vive el país desde el
atentado suicida de este lunes en la localidad de Suruç, en el que
murieron más de treinta ciudadanos turcos.
Dos días después, el PKK
asesinó a dos policías en sus casas en Ceylanpinar, en la provincia de
Sanliurfa, acusándoles de «cooperar con el Estado Islámico» y «en respuesta por el atentado de Suruç».
Ayer, el YDG-H mató a otro individuo vinculado con los yihadistas en
Estambul, y anunció una «campaña de castigo y ejecución» contra los
simpatizantes del grupo. Y en Diyarbakir, la capital de las regiones
kurdas de Turquía, dos policías de tráfico fueron tiroteados fatalmente por encapuchados de identidad desconocida.
Además, Turquía
ha accedido a permitir el uso de la base aérea de Incirlik, a 60
kilómetros de la frontera siria, a la coalición internacional contra el
Estado Islámico para misiones de ataque, según informa el diario «Wall
Street Journal». «Este es un cambio significativo. Es importante»,
afirma un militar estadounidense citado por el rotativo. La coalición
podrá utilizar también las bases de las ciudades de Malatya, Mardin y
Batman en caso de emergencia.
Hasta ahora, el Gobierno turco se había resistido a dar
este paso para evitar verse implicada en la lucha contra los yihadistas.
El «pacto de no agresión»
entre Turquía y el Estado Islámico, sin embargo, saltó por los aires
este mes tras las redadas contra decenas de simpatizantes y reclutadores
de la organización en territorio turco, así como por el atentado de
Suruç.
El acuerdo entre Ankara y Washington contempla, además, el establecimiento de una zona de exclusión aérea «parcial»
en una pequeña región del norte de Siria, entre las localidades de
Marea y Jarabulus (donde opera la coalición rebelde apoyada por Turquía y
los países del Golfo), asegura el diario turco «Hürriyet Daily News».
El área protegida tendría una longitud de 90 kilómetros de largo y entre
40 y 50 kilómetros de profundidad.
Si se confirma esta información, cazas estadounidenses y
turcos impedirán que sea atacada tanto por el Estado Islámico como por
la aviación del régimen de Bashar Al Assad. Aunque en principio no se contempla atacar a las milicias kurdas YPG,
el ejército turco no descarta dicha posibilidad si estas intentan
«cambiar la estructura demográfica de la región», una forma de definir
los avances kurdos en territorios de población de mayoría árabe.
daniel iriarte
http://www.abc.es
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