El Grupo de Operaciones Especiales entrenó una incursión nocturna con helicópteros. Hay tres periodistas secuestrados en Siria
El secuestro de
ciudadanos occidentales se ha convertido en un negocio y una forma de
ganar notoriedad por parte de los grupos terroristas y criminales que
operan en países en conflicto y estados fallidos, desde Iraq y Siria
hasta los países africanos del Sahel.
En el caso de España, ya se han dado estos secuestros en varias
ocasiones en los últimos años: los cooperantes que fueron retenidos por
Al Qaeda en el Magreb Islámico en Mauritania; los periodistas Javier
Espinosa, Marc Marginedas y Ricardó García Vilanova a manos del Estado
Islámico en Siria; y el último caso de otros tres reporteros que desaparecieron hace unas semanas en la ciudad siria de Alepo.
Hasta ahora, España siempre ha recurrido sobre todo al Centro Nacional de Inteligencia para lograr su liberación. Nunca ha recurrido a una operación militar de rescate, como sí han hecho otros países, como por ejemplo Francia, en estas situaciones.
A pesar de ello, las Fuerzas Armadas se encuentran preparadas para llevar a cabo una acción de este tipo. El Confidencial Digital ha podido saber que, precisamente pocas semanas antes de este último secuestro de periodistas en Siria, el Grupo de Operciones Especiales, los conocidos como “boinas verdes”,
dirigió un ejercicio con ese supuesto: dos ciudadanos nacionales han
sido secuestrados por un grupo terrorista en un país extranjero y hay
que poner en marcha una operación de rescate para dar con su paradero y
liberarlos.
Los Grupos de Operaciones Especiales
Además
del GOE “Caballero Legionario Maderal Oleaga” XIX, que dirigió este
ejercicio, participó un equipo del GOE IV, una sección del Regimiento de
Caballería Ligero Acorazado “España” nº 11, un Equipo de Búsqueda y
Localización de Artefactos Explosivos del Regimiento de Ingenieros Nº 1
y un Subgrupo Táctico de Helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del
Ejército de Tierra, formado por dos Tigre, dos Superpuma y dos Chinook.
Como invitado, un equipo del Primer Regimiento Paracaidista de Infantería de Marina de Francia.
Todos los participantes en el ejercicio salieron en los helicópteros
desde la base Alferez Rojas Navarrete de Alicante y llegaron al Centor
de Adiestramiento de San Gregorio, en Zaragoza: en el camino hicieron
una escala de abastecimiento, en medio de la noche y con equipos de
visión nocturna.
Los boinas verdes y demás participantes llegaron al punto donde se encontraban los rehenes gracias a las indicaciones de una patrulla de reconocimiento especial que se había infiltrado en la zona y llevaba tres días vigilando el objetivo.
Éxito de la misión
En
el Ejército reconocen que la idea de este ejercicio “Mobility”, es
decir, la operación de rescate de nacionales secuestrados en un país
extranjero por terroristas es un supuesto “cercano a la actualidad”.
Mientras los miembros del Grupo de Operaciones Especiales descendían de los helicópteros para localizar y rescatar a los rehenes en manos del grupo terrorista, los paracaidistas franceses hicieron la cobertura con misiles contracarro.
En
este caso, el Mando de Operaciones Especiales diseñó un ejercicio con
amenaza híbrida: a los terroristas que habían secuestrado a los
españoles se unía la presencia cercana de tropas convencionales. En su
huida, las unidades que hacían de enemigos consiguieron escapar de los
paracaidistas franceses, pero después el Regimiento de Caballería Ligero Acorazado los neutralizó.
El ejercicio terminó con éxito y los boinas verdes pudieron completar con éxito la misión: rescataron a los rehenes, volvieron a los helicópteros en un punto convenido y regresaron a la base de Alicante tras una nueva parada de repostaje.
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