El UAV MQ-9 Reaper ha servido a
la Fuerza Aérea de EE.UU. en los combates de Siria e Irak. Ahora, el
Pentágono pretende que este drone pueda pelear de tú a tú contra las
fuerza aérea de un país enemigo. ¿Qué mejoras piensan introducirle para
conseguirlo?
Las Fuerzas Armadas estadounidenses quieren ir un paso más allá con el drone MQ-9 Reaper: si hasta el momento, gracias a este aparato, EE.UU. ha logrado acabar dar caza a los terroristas más peligrosos de Siria e Irak,
ahora pretenden que el aparato dé un salto cualitativo y sea capaz de
atacar a un enemigo que cuente con su propia fuerza aérea; es decir, un
enemigo que potencialmente pueda abatir un Reaper mientras vuela a 50.000 pies de altura.
El Consejo Asesor Científico de la Fuerza Aérea de EE.UU.
ha propuesto una serie de modificaciones para el Reaper, de forma que
incorpore mejores sensores y armas más poderosas. Así, sus miembros
recomiendan que equipe un sistema para alertar de la detección del drone
por parte de un radar enemigo.
También tendrá que contar con sistemas de navegación y cronometraje más precisos, para poder seguir operando incluso si el enemigo bloquea el uso del GPS.
El Reaper debe mejorar también la interfaz con la que lo maneja el piloto desde tierra. Su fabricante, General Atomics, ya está trabajando en una nueva estación de control, que estará lista en un plazo máximo de cuatro años e incluirá una pantalla táctil
en la que se proyectará un mapa de la zona de operaciones.
Con este
conjunto de novedades, la Fuerza Aérea de EE.UU. podría operar el Reaper
en una mayor variedad de escenarios.
0 comentarios:
Publicar un comentario