El Gobierno de Mariano Rajoy ha elevado a 150 millones de euros el coste global estimado de la participación de España en el sistema de vigilancia terrestre (AGS, siglas en inglés) de la OTAN, un importe que deberá abonarse en un periodo de 25 años a partir del 2015.
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, confirmó el pasado mes de abril que España formará parte del nuevo programa de defensa de la Alianza Atlántica, que se basará en aviones no tripulados. En un primer momento, lo hará con aportaciones económicas, que fuentes de la OTAN fijaron entonces en unos 120 millones de euros, a pagar en un plazo de 20 años.
En una comparecencia posterior en el Congreso, Morenés explicó que, al haberse incorporado "tarde" al programa, España
no podrá formar parte del desarrollo de los aviones no tripulados, como
le hubiera "gustado", pero explicó que intentará participar en el
futuro en el desarrollo de las plataformas que controlarán desde tierra a
los denominados 'drones', que obtendrán las imágenes del terreno, o
aportando sus propios aviones.
En ese momento, el ministro destacó la importancia de que España
participe en este programa, "clave para la operatividad de las
fuerzas", y explicó que, aunque aún estaba por "concretar" cuánto
debería aportar el Gobierno, estimó que en esta primera fase alcanzaría "aproximadamente 1,5 millones de euros anuales".
Sin embargo, el Ministerio de Defensa ha precisado ahora que el coste será de 150 millones, aunque España
se reserva la "opción de contribuir mediante el aporte de horas de
vuelo con medios propios, en lugar de hacerlo con aportaciones
económicas" en un futuro.
Así consta en una respuesta parlamentaria, recogida por Europa Press, a la pregunta formulada por el diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares, que, además, quería saber los "beneficios industriales o tecnológicos" que obtendrá España de su participación en este programa.
IU cree que es “inaceptable”
A juicio del diputado de IU, este programa no tiene "beneficio alguno" y es "inaceptable en estos tiempos de crisis". El coste, agregaba Llamazares, supondrá "una cantidad desorbitada" teniendo en cuenta además los compromisos de pago que tiene pendientes Defensa para los próximos años por los programas especiales de armamento.
Con
el nuevo sistema de vigilancia terrestre, la OTAN obtendrá imágenes en
tiempo real de lo que ocurre sobre un terreno de gran extensión, las 24
horas del día y con independencia de las condiciones meteorológicas.
Para ello, se servirá de cinco aviones no tripulados modelo 'Global Hawk', fabricado por la multinacional estadounidense Northrop Grumman, que Estados Unidos, Alemania, Italia, Luxemburgo, Bulgaria, Rumanía, República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovenia, Eslovaquia y Noruega van a adquirir de forma conjunta.
España
fue el último país en dar el sí definitivo a su incorporación al
programa, del que se había salido en 2009 después de que se descartara a
Zaragoza como sede de la base principal del sistema.
Su vuelta se confirmó el pasado abril, aunque se venía negociando desde
tiempo atrás, cuando Morenés confirmó que el programa "tenía cabida en los Programas Generales del Estado".
Infodefensa.com
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