Zepelines
de alta tecnología que en los últimos años sobrevolaron los cielos de
Afganistán e Irak en búsqueda de insurgentes tratan ahora de detectar
actividades ilícitas en la frontera entre EEUU y México. Los
globos dirigibles, que están siendo probados cerca de la ciudad de Río
Grande (Texas), están equipados con cámaras sofisticadas y sensores
infrarrojos. Esos,
y otros sistemas de detección, permiten a los operadores visualizar la
actividad a lo largo de la frontera e identificar posibles amenazas como
el tráfico de armas o drogas, así como personas que tratan de cruzar
hacia EEUU de forma ilegal.
La
iniciativa forma parte de un esfuerzo del Gobierno de EEUU para
establecer una red de vigilancia de alta tecnología en la frontera y, al
mismo tiempo, reutilizar material que el Pentágono ya no necesitará
tras la retirada de Irak y Afganistán. "Estos
recursos ayudarán a nuestros oficiales y agentes de primera línea en su
misión prioritaria de asegurar la frontera", dijo a Efe William Brooks,
portavoz de la división de la frontera suroeste del Servicio de Aduanas
y Protección de Fronteras (CBP por su sigla en inglés), que colabora en
el Pentágono en el proyecto.
Estados
Unidos retiró sus tropas de Irak en diciembre del año pasado, después
de casi nueve años de guerra, mientras que la coalición de tropas
internacionales de la OTAN ha iniciado ya su salida de Afganistán, que
se prevé culmine en 2014. El
CBP considera que los equipos que las Fuerzas Armadas ya no necesitan a
raíz de esas retiradas "pueden tener beneficios significativos para la
protección de Estados Unidos". No
obstante, según explicó Brooks, de momento se trata de una prueba y
primero habrá que evaluar su "eficacia", así como el costo que puede
tener para la agencia operar estos zepelines y su mantenimiento. La
evaluación en marcha incluye varias actividades para ayudar a
determinar si el equipo es útil para ayudar al CBP en sus tareas. El
Departamento de Defensa podría ofrecer la transferencia de más material
que quede disponible en función de los resultados de la prueba. "Reutilizar
los equipos y la tecnología del Departamento de Defensa apoyará los
esfuerzos en curso del CBP para aprovechar y maximizar los recursos de
manera eficaz y eficiente", aseguró Brooks.
El
Departamento de Defensa ofrecerá entrenamiento y asistencia para el
funcionamiento de los zepelines pero no participará en las operaciones
que lleven a cabo los agentes de la ley. El
diario The Wall Street Journal señaló en un reciente artículo que
durante años los zepelines han sobrevolado Kabul y otras zonas cercanas a
bases militares estadounidenses en Afganistán e Irak.
Con
una dimensión de 22 metros, los globos tienen capacidad para volar a
una altura de 600 metros, suelen realizar un recorrido circular, y hasta
ahora han sido utilizados para detectar posibles ataques programados de
los insurgentes, así como la colocación de explosivos caseros en las
carreteras de Afganistán. La
información recogida es enviada para ser analizada en las bases
cercanas, pero ahora que en Afganistán van a ser cerradas en un plazo de
dos años esperan reutilizar esta tecnología en casa. Ni
el Departamento de Defensa, ni la agencia fronteriza han facilitado una
cifra del coste de los zepelines, pero según el Wall Street Journal su
precio oscila entre 1 y 5 millones de dólares.
Estados
Unidos ya utiliza tecnología militar como aviones no tripulados,
conocidos como drones, para vigilar la frontera con México, en el marco
del plan de medidas de seguridad en el suroeste del país. La
Patrulla Fronteriza probó en marzo pasado en Arizona unos sistemas de
vigilancia sobre globos aerostáticos similares a los que se prueban
ahora en Río Grande y se espera que el CBP pruebe otro tipo de
tecnología de vigilancia en los próximos meses.
Elvira Palomo / EFE
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