Dianca, Diques y Astilleros Nacionales
C.A. de Venezuela, ha comunicado que espera entregar a la Armada de
Venezuela, entre julio y septiembre de este año, las fragatas de la
clase Lupo “General Salom” (F-25) y “Almirante García” (F-26), que
llevan ya , tras firmar un acuerdo con la Armada en 2004, ocho años en
proceso de mantenimiento mayor en sus instalaciones, acometiendo
trabajos en el sistema de propulsión, sistemas auxiliares, casco
e infraestructura. Según el capitán Rudy Zeis, gerente comercial de
Dianca, se está a la espera de la aprobación de un punto de cuenta para
la culminación de los trabajos faltantes en las fragatas. Asimismo,
Zeis aseguró que, además de la F-25 y la F-26, este año se espera poner a
flote dos remolcadores, mientras, y junto a éstas, permanece en los
astilleros la fragata General Urdaneta (F-23), de la misma clase. El
gerente comercial de Dianca indicó que se espera también la aprobación
de un nuevo aporte para la culminación de las labores en el submarino
Caribe (S-32), objeto de un mantenimiento mayor en un proyecto que
recibió inyección de recursos por parte del fallecido presidente Hugo
Chávez, durante una visita realizada a la Base Naval “CA. Agustín
Armario” (BNAR).
El gerente precisó que el Buque Escuela
“Simón Bolívar” (BE-11), conocido como el Embajador Sin Fronteras, está
recibiendo mantenimiento preventivo y que ya llegaron a las
instalaciones los dos bloque que faltaban para concluir el ensamblaje
del Buque de Vigilancia Litoral (GC-24) Tamanaco, cuya flotadura está
prevista para el 24 de julio.
En 1975, Venezuela encargó seis fragatas de la clase Lupo que, a diferencia de las italianas, contaban con un hangar fijo y un lanzador de misiles superficie-aire Aspide en lugar del Sea Sparrow. Conocidas como clase Mariscal Sucre, fueron entregadas entre 1980 y 1982. Se trataba de las “Mariscal Sucre” (F-21), “Almirante Brión” (F-22), “General Urdaneta” (F-23), “General Soublette” (F-24), “General Salom” (F-25) y “Almirante García” (F-26) y conformaron el Escuadrón de Fragatas, con base en Puerto Cabello. Fueron la más importante adquisición en un momento, el primer periodo de los años ochenta, que se caracterizó por un intenso proceso de modernización y puesta al día de los medios de la Armada venezolana para hacer frente a la progresión de la expansión comunista en el Caribe (Cuba) y Centroamérica (Nicaragua y El Salvador), las pretensiones colombianas en el golfo de Venezuela, junto con un creciente Brasil proyectándose hacia el Caribe.
En 1988 se inició la modernización de las dos primeras fragatas de la serie, la “Mariscal Sucre” y la “Almirante Brión” tras firmar, por un monto de 315 millones de dólares, un contrato con el astillero norteamericano Ingalls Shipbuilding de Pascagoula, que las devolvía en 2002. Para las otras cuatro se fijaba un programa de modernización y mantenimiento mayor en suelo venezolano, en las instalaciones de Dianca. La “General Soublette” fue la primera fragata en recibir mejoras parciales, quedando sin embargo las otras tres en los astilleros de Dianca durante años.
En 1975, Venezuela encargó seis fragatas de la clase Lupo que, a diferencia de las italianas, contaban con un hangar fijo y un lanzador de misiles superficie-aire Aspide en lugar del Sea Sparrow. Conocidas como clase Mariscal Sucre, fueron entregadas entre 1980 y 1982. Se trataba de las “Mariscal Sucre” (F-21), “Almirante Brión” (F-22), “General Urdaneta” (F-23), “General Soublette” (F-24), “General Salom” (F-25) y “Almirante García” (F-26) y conformaron el Escuadrón de Fragatas, con base en Puerto Cabello. Fueron la más importante adquisición en un momento, el primer periodo de los años ochenta, que se caracterizó por un intenso proceso de modernización y puesta al día de los medios de la Armada venezolana para hacer frente a la progresión de la expansión comunista en el Caribe (Cuba) y Centroamérica (Nicaragua y El Salvador), las pretensiones colombianas en el golfo de Venezuela, junto con un creciente Brasil proyectándose hacia el Caribe.
En 1988 se inició la modernización de las dos primeras fragatas de la serie, la “Mariscal Sucre” y la “Almirante Brión” tras firmar, por un monto de 315 millones de dólares, un contrato con el astillero norteamericano Ingalls Shipbuilding de Pascagoula, que las devolvía en 2002. Para las otras cuatro se fijaba un programa de modernización y mantenimiento mayor en suelo venezolano, en las instalaciones de Dianca. La “General Soublette” fue la primera fragata en recibir mejoras parciales, quedando sin embargo las otras tres en los astilleros de Dianca durante años.
Fotografía: fragata de la clase Lupo “General Salom” (F-25)
http://www.defensa.com
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