Esto revelaría que, por la envergadura de los
programas en materia de aviación no tripulada, China puede compararse ya
con EEUU, considera Vasili Kashin, experto del Centro de análisis de
estrategias y de tecnologías.
Sabido es que, a la par
con el Lijian, se encuentra en fase de pruebas de modelo experimental
otro avión no tripulado sumamente dispendioso, el Syanlun, el que sería
un modelo análogo del Global Hawk, de EEUU, un aparato no tripulado
espía estratégico. EEUU es el único país que lleva a cabo,
simultáneamente, programas de tal envergadura en la esfera de la
aviación no tripulada. Rusia marcha a la zaga, aunque ya hace algunos
años que se viene trabajando en proyectos de drones de combate
pesados, por ejemplo, los proyectos Skat y Proriv, ninguno de ellos ha
salido hasta ahora de la fase de diseño. Solo a mediados de década se
puede esperar el surgimiento de un aparato no tripulado de choque.
Sabido es también que en China se llevan a cabo, paralelamente, decenas de proyectos a la vez de nuevos drones.
En noviembre de 2012, en el Salón Aéreo de Zhuhai fueron presentadas
varias decenas de proyectos de aviones no tripulados de todos los tipos y
dimensiones. Fueron también exhibidos modelos especializados de armas
de alta precisión para drones, por ejemplo, bombas corregidas
de bajo tamaño y de un poco más de veinte kilos. Los chinos habían
asimilado mucho antes la producción de un análogo propio del aparato no
tripulado israelí de choque Nagru, suministrado por Tel Aviv a China en
1990. Los chinos producen hoy en día un modelo perfeccionado de drones
similares. El Nagru patrulla el campo de combate, detecta por si solo
las señales de los radares de los sistemas antiaéreos, contra los que se
lanza explotando en el acto.
China diseñó ya el Pterodactyl, un dron
táctico espía de choque, de la clase de los MALE (de media altura y de
prolongada duración de vuelo). Durante la operación de arresto del
narcobarón de Birmania, Nor Kjama, culpable del asesinato de marineros
chinos en 2011, las autoridades de Pekín examinaron la variante de su
eliminación con un ataque de avión no tripulado, copiando la última moda
estadounidense.
En China, aparte del ejército, otras
instituciones de fuerza del país tienen programas propios de compra de
aparatos aéreos no tripulados, por ejemplo, la policía popular armada,
el servicio de monitoreo naval de la Dirección estatal oceanográfica de
China, la inspección pesquera, el servicio de bomberos y otros.
Como
en el caso con otros programas ambiciosos chinos en la esfera de
armamentos, de momento no podemos estar seguros que sus proyectos se
ajusten plenamente a la base productiva y científica de diseño. En un
aparato aéreo no tripulado, los componentes de aviación propiamente,
tales como el planeador y los motores desempeñan un papel secundario.
Las posibilidades del aparato dependen, sobre todo, de las posibilidades
del canal de comunicación con el operador instalado en él y, en segundo
lugar, de la calidad de sus medios de espionaje y de observación
existentes. Ahora bien, las deficiencias del canal de comunicación o de
la calidad del cuadro pueden reducir a cero todas las otras
posibilidades del dron.
Hoy sabemos que China
es capaz de producir, con una calidad relativamente elevada, aparatos no
tripulados tácticos de reconocimiento. Tal seguridad no existe con
respecto a los proyectos chinos de aparatos no tripulados de choque, así
como de los aparatos no tripulados espías estratégicos. El empleo de
los drones norteamericanos se basa en una poderosa
infraestructura, que incluye la red de satélites de telecomunicaciones.
La dirección a través de estos satélites ayuda al operador, que está
sentado en una base de la parte continental de EEUU, controlar un
aparato de choque en un lugar de Afganistán. En lo que respecta a China,
es evidente que planea el empleo de los no tripulados tanto para
acciones en regiones periféricas de difícil acceso en Sintzyan y del
Tíbet, como para el reconocimiento en los mares en litigio.
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