Rusia está a punto de desvelar su nuevo carro de combate, el T-14, al que ya conocen como el ‘Armata’.
Su mayor baza es un nuevo sistema de protección contra proyectiles del
que los rusos sacan pecho... pero EE.UU. cree que no es para tanto.
Rusia está a punto de desvelar su nuevo carro de combate, el T-14, al que muchos ya conocen como el ‘Armata’. Frente a anteriores carros de combate rusos y soviéticos, el Armata presenta una serie de evoluciones en el motor –de 1.500 CV de potencia- y en su sistema de armas.
Pero una de sus mayores innovaciones es el sistema de protección activa ‘Afganit’, que recurre a un radar Doppler
para detectar los proyectiles que se aproximen al vehículo –granadas,
misiles anti-tanques, etc-.
En ese momento, Afganit lanzará un cohete
interceptor que destruirá el artefacto. Algunos medios rusos afirman que
el Afganit protegería al Armata del ataque de un helicóptero Apache
estadounidense.
Sin embargo, la Oficina de Estudios sobre Ejércitos Extranjeros de EE.UU.
cree que sólo incrementa la protección del carro de combate frente a
determinados proyectiles.
Por otra parte, gracias a sus cámaras de vídeo
de alta definición, el Armata ofrece una visión de 360º, mostrando a sus ocupantes todo lo que ocurra alrededor del vehículo.
Las primeras entregas del T-14 a las Fuerzas Armadas se han producido
en febrero y marzo para someter al carro de combate a diversas pruebas.
Sobre el chasis del Armata, Rusia se está planteando ensamblar otros
tipos de vehículos militares, como un nuevo modelo de transporte anfibio. Las grandes entregas no empezarán al menos hasta el 2017.
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