La OTAN
decidirá en los próximos seis meses sobre la posible invitación de un
nuevo socio para que se integre como miembro de pleno derecho de la
Alianza Atlántica. En caso de que produzca finalmente su incorporación a
Rusia no le va a sentar nada bien.
El país es Montenegro y, según el secretario general
de la organización, Jens Stoltenberg, la decisión de invitarle “forma
parte de la política que la Alianza mantiene desde hace años para
asegurar la paz y la estabilidad en la Europa sudoriental”.
Stoltenberg se reunió en Zagreb con el primer ministro croata, Zoran
Milanovic, quien recalcó la importancia que reviste para su país,
miembro de la OTAN desde 2009, la admisión del vecino Montenegro.
En caso de que finalmente se produjera la adhesión, Rusia
no lo vería con buenos ojos pues Moscú también tiene sus ojos puestos
en Montenegro desde hace años. Tradicionalmente las relaciones entre
ambos países han sido muy buenas e, incluso, parte de la ciudadanía de
la república balcánica es favorable a acercar posiciones con Rusia en
vez de con la OTAN.
Rusia juega un importante rol en la economía de Montenegro. Tanto es así que el think tank alemán Stiftung Wissenschaft und Politik llegó a declarar en 2010 que “la economía montenegrina está claramente en manos rusas”.
Solo dos datos relativos al turismo, uno los
principales sectores del país: más de un tercio de los turistas proceden
de la exrepública soviética y se cree que la mitad de las casas de la
costa pertenecen a rusos.
Esta vinculación se remonta a hace más de 100 años. Dos de las hijas
del último rey de Montenegro se casaron con dos príncipes rusos y en la
guerra ruso-japonesa a principios del siglo XX, el pequeño país
balcánico mostró su apoyo a Rusia.
(Foto: Mass Communication Specialist 3rd Class Vincent J. Street)
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