“Buques de guerra que conforman un grupo
interflota de la Armada (en el Mediterráneo) no planean entrar en la
base logística de Tartus. El grupo incluye buques de aprovisionamiento
que le permiten repostar en alta mar y cumplir las tareas de su travesía
con un amplio grado de autonomía”, consta en una nota difundida por el departamento militar.
Defensa desmintió así la noticia de que
tres navíos de asalto anfibio, de los que conforman el grupo en el
Mediterráneo, tienen previsto visitar Tartus a finales de esta semana.
Al mismo tiempo, el comunicado resalta que el grupo, si
aumentan el número de sus tareas y la duración de su travesía, tendrá
pleno derecho de reabastecerse en la base Tartus, habida cuenta de que
“ésta es su función”.
Un portavoz de Defensa admitió más tarde que buques logísticos
podrían repostar en Tartus, por si la travesía se prolonga y el grupo
entra también en el mar Negro.
Mañana 4 de agosto se sumarán al grupo el destructor antisubmarino “Vicealmirante Kulakov”, de la Flota del Norte, el petróleo “Iván Bubnov” y el remolcador “MB-304” (ambos, de la Flota del mar Negro).
Tartus es la única base naval rusa en el extranjero a día de hoy.
El comandante en jefe de la Armada rusa, vicealmirante Víctor
Chirkov, descartó a finales de julio la entrada del grupo naval en
Tartus y resaltó que están cumpliendo misiones en el Mediterráneo según
el plan de instrucción de combate. Admitió que a bordo hay
destacamentos de infantería marina con sus armas reglamentarias pero
dijo que la misión estaba programada desde 2011.
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