Obama,
desde un punto de vista militar, ha creado un nuevo estilo de guerra
teledirigida. Los aviones no tripulados (drones) intervienen en
Pakistán, Yemen y Somalia. Se establecen bases en países vecinos como
Afganistán o Etiopía desde donde se fletan drones que espían a
terroristas o les atacan directamente y son ejecutados como le pasó al
líder de Al Qaeda en Yemen, Anuar el Aulaki en octubre de 2011.
El
primer presidente en utilizar los aviones sin piloto fue George W. Bush
en Pakistán en 2004 y, hasta 2008, sólo hubo diez ataques. Con Obama el
uso de los drones se ha multiplicado: de 53 ataques en 2009 a 64 en
2011, la mayor parte en Pakistán. Según el New York Times, el actual
presidente aprueba directamente la lista de los objetivos a eliminar,
algo que la Casa Blanca niega.
Aunque
Estados Unidos no reconoce de manera oficial el uso de estos aparatos,
en 10 años han pasado de tener 50 a 7.000, el 70% de las existencias
mundiales; y el Pentágono utiliza 5.000 millones del presupuesto anual
para estas aeronaves.
A
la política antiterrorista de Obama, los drones le van a dar réditos
electorales porque tienen bajo coste político y económico, casi cero
coste personal y poco riesgo diplomático. Su uso es moralmente
cuestionable, es una ejecución sin juicio, pero política o militarmente
muy efectivo. Sin embargo, ya se vislumbran problemas por la falta de
respeto al proceso judicial y a la presunción de inocencia y con los
países que sufren los ataques como Pakistán por la muerte de civiles. .
Obama
ha ordenado más de 263 ataques a distancia. Las críticas que se
hicieron a George W. Bush por la guerra preventiva se podrían aplicar al
actual presidente en la guerra de los drones, en la que tampoco hay
intervención judicial.
Como
dice un diplomático europeo, el uso de los aviones fantasma es
"imparable, problemático y potencialmente desestabilizador". Imparable
porque, una vez que los drones se han extendido como la pólvora, será
muy difícil su absoluto control. Problemático porque plantea múltiples
dudas de orden jurídico, nacional e internacional, al margen ya de
consideraciones de tipo ético. Y desestabilizador porque "reduce"
considerablemente el coste (sobre todo en términos de riesgo de sufrir
bajas propias) de ir a la guerra y hará por consiguiente que sea "más
fácil" adoptar la correspondiente decisión política. Según Long War
Journal, desde 2006 han matado aproximadamente a 2.223 terroristas de Al
Qaeda y talibanes y 138 civiles. El propio Gadafi, fue localizado por
un avión no tripulado antes de ser linchado por los rebeldes en plena
Primavera Árabe. Con los aviones fantasma, la relación entre el poder
civil y el militar es distinta. Son una auténtica revolución militar.
Miguel Ángel Benedicto
http://www.revistatenea.es
* Miguel Ángel Benedicto es Jefe de Internacional en Telemadrid
Twitter: @benedictosolson
Blog: Eurity.com
Twitter: @benedictosolson
Blog: Eurity.com
0 comentarios:
Publicar un comentario