Un término militar escucho y leo cada vez con más frecuencia, aunque
no sea del todo novedoso: en una conferencia pronunciada por el
representante militar ante la OTAN y la UE (el teniente general Ángel
Mazo da Pena), en un informe del Instituto Español de Estudios Estratégicos o en un briefing de unas maniobras navales con desembarco anfibio incluido.
Es la nueva guerra híbrida, la nueva generación de guerras.
Se trata de un concepto bélico que viene a dar por superada la guerra
asimétrica (ejército convencional contra fuerza insurgente) y que
tendría su punto de partida en las acciones bélicas desarrolladas por Rusia en Ucrania, lo
que representa una nueva forma de hacer la guerra, según los
entendidos. Aunque ya sabemos que nuevo… nuevo no hay casi nada en «el arte de la guerra».
Prorruso con un rifle de asalto instalado en su sidecar, a las afueras de la ciudad de Slaviansk el 17 de mayo / REUTERS
Pero… ¿en qué consiste esa guerra híbrida?. Aquí
recurrimos al último informe del IEEE -think tank dependiente del
Ministerio de Defensa- que aborda esta cuestión. Un trabajo realizado
por el teniente coronel Pedro Sánchez Herráez (leer aquí) y en el que nos encontramos las siguientes definiciones útiles:
1. Amenaza híbrida: «Cualquier adversario que de
manera simultánea y adaptativa emplea una mezcla de armas
convencionales, tácticas irregulares, terrorismo y comportamiento
criminal en el espacio de batalla para alcanzar sus objetivos
políticos». Frank G. Hoffman, «Hybrid vs. Compound war».
Un niño observa a través de la mirilla de un rifle de un rebelde prorruso / REUTERS
2. También podría valer, con la acepción de «guerra compuesta» o «guerra combinada»:
«El hecho de combatir fuerzas regulares e irregulares de manera
concertada, pues sus capacidades complementarias influyen en el
adversario obligando a un despliegue de recursos que el permita hacer
frente a la panoplia de diferentes amenazas a las que hacer frente,
dificultándole la concentración, planteando el viejo dilema militar de
concentración frente a dispersión». Thomas M. Huber, «Compound Warfare: That Fatal Knot».
3. Guerra híbrida: «El español Calvo Albero señala
que guerra híbrida es aquella en la que al menos uno de los adversarios
recurre a una combinación de operaciones convencionales y guerra
irregular, mezclada esta última con acciones terroristas y conexiones
con el crimen organizado». José Luis Calvo Albero, «La Evolución de las Insurgencias y el Concepto de Guerra Híbrida».
Es decir, el concepto incluye una variedad de capacidades con la
participación de fuerzas regulares, fuerzas regulares no identificadas
como tal, paramilitares, sistemas de armas avanzadas, tácticas dignas de
un grupo terrorista-criminal, blindados, ciberdefensa, guerrilla urbana (AK-47), misiles
de defensa antiaérea, guerra de la comunicación (por supuesto, también
en internet) o la guerra económica de las sanciones. Algo que pudimos
ver en el escenario de Ucrania, con derribo de avión de aerolínea incluido.
Fuerzas regulares sin distintivos en su uniforme en Simferopol / EFE
El teniente coronel Sánchez Herráez también señala en su análisis el
gran denominador común: «Uno de los matices esenciales de esta tipología
de guerras es que con carácter general siempre hay un Estado detrás, bien directamente, bien con un altísimo grado de apoyo a sus “delegados”».
Cómo adaptarse a esta nueva amenaza será uno de los retos del recién acreditado Centro de Excelencia de la OTAN de «Strategic Communications» localizado
en Riga (Letonia) -el emplazamiento no es baladí-.
Esta institución fue
reconocida en la última cumbre de Gales cuyo documento de declaración
final incluía, en su punto 13, la necesidad de afrontar de modo solvente
el desafío de la guerra híbrida. De nuevo con Rusia en el horizonte.
Esteban Villarejo
http://abcblogs.abc.es
Civiles prorrusos frenan el avance de una columna de blindados del Ejército ucraniano / REUTERS
Si vamos, lo que la otan ha hecho muy bien ultimamente en libia, siria y turquia
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