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Estados Unidos podría perder su superioridad militar,
puesto que los recortes en gastos militares ante la creciente
competencia internacional están afectando gravemente a las innovaciones
militares.
Desde 2005, el Pentágono ha reducido
un 22% sus gastos en investigación y desarrollo. El mayor golpe lo
sufrieron el Ejército y la Agencia de Defensa Antimisiles, que vieron
sus presupuestos para estos fines caer a la mitad.
"Si la innovación en defensa sigue erosionándose, no
son solo las capacidades defensivas las que van a sufrir, sino también
innovaciones y competencia comerciales", aseguró el analista económico
Dan Steinbock en un artículo para el portal 'Project Syndicate'.
Uno de los problemas que trae la austeridad es que en muchas ocasiones la presión de costes prioriza los proyectos, que suponen resultados rápidos, a cuenta de innovaciones a largo plazo y las ventajas estratégicas que traerían.
Además la defensa de EE.UU. está experimentando una contracción de su base industrial. La competencia representada por China y otras economías emergentes ha erosionado las capacidades de fabricación de EE.UU., amenazando su habilidad de desarrollar las plataformas de defensa más sofisticadas tecnológicamente.
El resultado ya se ha extrapolado al mercado internacional de armas.
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