Un tanque 'Terminator' BMPT en la Feria de equipamiento militar de Nihzni-Taguil. Fuente: Serguéi Mámontov/RIA Novosti.
La situación en Oriente Próximo ha perjudicado la venta de armas de
Rusia. Algunos de los compradores habituales, como Irak o Siria, están
inmersos en una cruel guerra civil. Rusia exporta principalmente a
India, China, Vietnam y Venezuela. América Latina es un mercado con
perspectivas de crecimiento.
Según
un informe de IHS Jane’s Annual Defense Review, en 2014 las
exportaciones de armamento ruso alcanzaron los 10.000 millones de
dólares, superando en un 9% el índice de 2013. Según los datos de
Rosoboronexport,
la mayor exportadora de armas del país, en 2014 Rusia vendió
armamento por valor de 3.000 millones más de lo que indican los
datos de IHS Jane’s.
Pero
teniendo en cuenta los resultados que ha cosechado EE UU, ni siquiera
esta cifra parece tan considerable. En 2014 las exportaciones de las
empresas de defensa norteamericanas alcanzaron los 23.700 millones de
dólares, registrando un crecimiento del 19% respecto al año
anterior.
¿Por
qué las exportaciones norteamericanas experimentaron un crecimiento
tan elevado? La causa es la inestabilidad que reina en Oriente
Próximo. Tras años dominando la política mundial, EE UU ha ido
fortaleciendo sustancialmente sus posiciones mientras sus aliados
se llenaban de ingresos gracias al elevado precio del
petróleo.
Los
aliados que Rusia heredó de la URSS (como Siria e Irak) actualmente
atraviesan una época de sanciones y guerra civil.
En
estas condiciones, las empresas de defensa de los EE UU tienen las
manos libres para aprovechar una inestabilidad que su propio Gobierno
ha generado en Oriente Próximo.
Como
consecuencia, tan solo en este mercado, en 2014 la producción
armamentística de EE UU superó en más del doble a la de Rusia:
8.400 millones de dólares frente a 1.500 (según el total de
transacciones, Rusia ha quedado por detrás de Gran Bretaña y ha
superado por muy poco a Francia).
Rusia, por ejemplo, comercia con
Siria,
un país desgarrado por la guerra civil. Eso contrasta con el socio
militar clave de los EE UU en la misma región, Arabia Saudí que, de
acuerdo con IHS Jane’s, en 2014 se convirtió en el comprador de
armamento más generoso, gastando 6.400 millones, mientras que en
2015 prevé aumentar esta cantidad en un 50%.
Las
vacas sagradas de la importación rusa
Dicho
récord llevó a Arabia Saudí a superar la marca de la India, el
líder habitual en los rankings de importación. Solo por este
motivo, hay que abordar la situación en que se encuentran los
principales mercados a los que exporta Rusia.
El
año pasado la industria armamentística rusa exportó principalmente
a China (2.300 millones de dólares), la India (1.700 millones) y
Vietnam y Venezuela (1.000 millones). El futuro de esos mercados
suscita muchos interrogantes.
“Muchos
programas comerciales llegan a su fin, por lo que prevemos una caída
de las exportaciones, y dicha tendencia se verá reforzada por las
sanciones”, indica Jane’s en su informe. La India, aun teniendo
diversos proyectos conjuntos con Rusia, como el diseño del misil
Brahmos y la producción del caza de quinta generación PAK FA,
cada vez mira más hacia Occidente y está ampliando su colaboración
con Israel, EE UU y los países de la UE. Esta tendencia se puso
claramente de manifiesto durante la última visita oficial de Obama a
ese país.
Esto
permite a la India, que ha promulgado la política Make in India,
obtener una mayor cantidad de tecnología punta y diversificar su
importación. Además, para Rusia, la cooperación con la India
difícilmente encaja con el progreso de sus relaciones con China.
La
decisión de suministrar complejos antimisiles S-400
a China ha provocado que los socios indios reaccionen de una forma
extremadamente crítica. La capacidad de importación de Venezuela,
Irán y Algeria, igual que la de Rusia, está acusando la caída de
los precios del petróleo y el gas.
Trabajo
a largo plazo
En
la sesión de la Comisión para la Cooperación Técnico-militar que
se celebró en enero, Vladímir Putin anunció que el armamento ruso
precisa abrir nuevos mercados en América Latina, África y los
países del Sudeste Asiático.
En
América Latina se está trabajando en numerosos proyectos con
Brasil, que está valorando la posibilidad de adquirir sistemas rusos
de defensa antimisiles y ampliar la cooperación en el ámbito de la
técnica aplicada a los helicópteros. También se está valorando la
posibilidad de cooperar con Perú y Argentina, e incluso con
Nicaragua, y por ahora Rusia compite para acceder y ya ha accedido a
alguno de los proyectos de este creciente mercado.
En
África la URSS dejó a Rusia una rica herencia que no solo consistía
en la deuda impagada de los países de la región, sino que también
abarcaba el programa de Cooperación Técnico-militar. Pero en los
últimos 20 años casi todos los vínculos se han roto y,
actualmente, habrá que volver a establecerlos de nuevo, aunque la
técnica rusa deberá competir con la producción análoga de China,
que resulta mucho más económica.
Los
países de la región Asia Pacífico parecen mercados mucho más
prometedores desde el punto de vista de los beneficios potenciales.
De entre los más prometedores, Rusia puede entablar negociaciones
con Indonesia para suministrarle una partida de aviones de combate
Su-35
para sustituir los cazas F-5, que actualmente están en servicio,
pero han quedado anticuados.
0 comentarios:
Publicar un comentario