El uso de inhibidores de frecuencia para derribarlos se puede eludir preconfigurando las rutas mediante localización por GPS
La detección de la existencia de vuelos de
drones inidentificados sobre el recinto del Palacio de La Zarzuela ha
provocado una situación de inquietud en los servicios de seguridad de la
Casa del Rey, que no disponen de sistemas adecuados para evitar los
sobrevuelos.
La noticia publicada ayer por Monarquía Confidencial,
de los sobrevuelos nocturnos durante estos días sobre la residencia de
los reyes, que tuvo ayer una enorme repercusión, ha suscitado la
cuestión de cómo impedir esas invasiones, que pueden suponer incluso riesgos serios por cuanto estos pequeños aviones no tripulados son, en algunos casos, capaces de portar ingenios explosivos.
Fuentes
solventes consultadas por El Confidencial Digital destacan que los
equipos de que dispone la Guardia Real, responsable de garantizar la
seguridad de las instalaciones y residencia de los reyes y sus hijas, no cuentan en estos momentos con medios para eliminar esas intrusiones. Es más, no se han cursado instrucciones concretas a sus integrantes sobre cómo actuar.
Una de las dificultades es que este tipo de pequeños aparatos, mediante la utilización de sistemas GPS, se pueden preconfigurar para realizar una ruta concreta:
se le marcan unos puntos de localización (anotándolos en un mapa) y el
dron puede volar de forma autónoma, sin necesidad de control desde
tierra.
Utilizando ese sistema, es decir sin envío de órdenes por radio, el recurso a inhibidores de frecuencia resulta inútil para derribar los drones, al no haber control manual.
Fuentes
especializadas consultadas explican que, si se consiguiera interceptar
uno de esos drones, sería bastante sencillo identificar y localizar a
quienes los han puesto en vuelo. El motivo es que las tiendas
especializadas que venden estos aparatos tienen obligación de identificar y anotar los datos de quienes los adquieren, y cada unidad tiene dentro elementos que la localiza con total precisión.
Como
es sabido, existen aviones no tripulados a la venta, al alcance de
cualquier ciudadano, que están dotados de cámaras fotográficas
incorporadas y de cámaras de televisión, que graban y retransmiten todo
lo que sobrevuelan esos aparatos. De aquí una de las hipótesis manejadas
como posible origen de los vuelos: la utilización por paparazzis para tomar imágenes exclusivas de la familia real, sobre todo de la reina Letizia.
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