Ígor Lisov, redactor jefe de la revista Noticias de la cosmonáutica, comenta a RBTH que el sistema espacial de alerta de misiles todavía existe. Únicamente se han perdido los satélites geoestacionarios, mientras que los satélites Kosmos-2422 y Kosmos-2446, situados en órbitas más altas, siguen activos.

Según el experto, ambos tipos se compensan, aunque en las condiciones actuales es difícil asegurarlo. Hoy en día únicamente funcionan dos de los cuatro satélites que se necesitan como mínimo para obtener un rendimiento óptimo, por lo que es poco probable que estos cumplan completamente con su misión. 

La pérdida de Oko da comienzo al Sistema Espacial Unificado

Según informa a RBTH una fuente cercana al Ministerio de Defensa, la ausencia de estos satélites geoestacionarios se compensará con los nuevos radares sobre el horizonte Vorónezh-M y Vorónezh-DM, situados en las regiones de Kaliningrado, Leningrado, Irkutsk y Krasnodar. 

Estos radares funcionarán en dos bandas de ondas: métrica (Vorónezh-M) y decimétrica (Vorónezh-DM). El campo de radar que crean estas estaciones permite descubrir sin problemas objetos espaciales y alertar de forma eficaz sobre un ataque de misiles.

Según la fuente de RBTH, el funcionamiento de Oko-1 no se reanudará: el sistema ha quedado demasiado anticuado, ya que fue diseñado durante la época de la Unión Soviética. 

En la actualidad, el Ministerio de Defensa posee dispositivos del nuevo Sistema Espacial Unificado. Este sistema contará con las mejores características y podrá realizar el seguimiento no sólo de los misiles balísticos, sino también de los misiles operativos tácticos. El primer satélite de este nuevo sistema se pondrá en órbita este año, aunque por ahora se desconoce la fecha exacta del lanzamiento. 

En cualquier lugar, en cualquier momento

El sistema de alerta de misiles es uno de los medios más importantes de contención de ataques e incluye un radar de detección terrestre, un grupo de satélites artificiales y un radar sobre el horizonte. 

Este sistema, cuyas primeras partes comenzaron a funcionar ya en 1971, puede detectar en cualquier momento, con una precisión de segundos, en tiempo real y con una alta fiabilidad, el lanzamiento de misiles balísticos en cualquier lugar del planeta. El sistema de alerta de misiles tiene la “última palabra” en la decisión de llevar a cabo un ataque de respuesta.

En sus inicios estaba formado por unos radares situados lejos de grandes poblaciones, que se desplegaron por el perímetro de todo el país para que las zonas de detección de cada uno abarcaran las diferentes direcciones de un posible ataque. 


Sin embargo, debido a su diseño, los radares sobre el horizonte no podían 'ver' los misiles balísticos intercontinentales lanzados desde Estados Unidos, así como los misiles lanzados desde submarinos, hasta que estos se encontraban en el tramo descendente de su trayectoria. 

Se trataba de una alerta que llegaba con bastante retraso y no daba el tiempo suficiente para tomar una decisión. Este defecto de la construcción de los radares fue resuelto añadiendo un sistema que detectaba los misiles justo al inicio de su lanzamiento en cualquier lugar del planeta.

Una nueva respuesta para nuevos desafíos

A principios de los años 70 surgió la idea de crear un módulo espacial. En 1979 se desplegó un sistema de cuatro satélites tipo 74D6 (el sistema US-K u Oko) en las altas órbitas terrestres, y en 1982 comenzó a funcionar. Era capaz de detectar cualquier lanzamiento que se produjera únicamente en Estados Unidos. 

Adicionalmente a estos satélites, en 1984 se puso en órbita uno más, el KA US-KS (el sistema Oko-S).

En 1991 se comenzó a crear de forma paralela el sistema de segunda generación Oko-1 (US-KMO), con los satélites 71X6 situados en la órbita geoestacionaria. La modernización del sistema Oko-1 también permitía detectar el lanzamiento de misiles desde la superficie marítima y definir la marcación de su trayectoria. 

Esta agrupación debía estar formada por siete satélites, pero el último de ellos se desactivó a finales de junio de 2014 debido a un error en los módulos externos del satélite.

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