Una carrera rápida, un despegue brusco, casi vertical, y el avión de caza empieza a bailar un vals aéreo. Va recto y toma velocidad muy de prisa, pero en vez de salir de la zona de visibilidad frena de repente con todo su cuerpo. El avión se colocar en una postura vertical y después empieza a caer.

Antes solo los aviones Sujói y los cazas Su-30 MKI creados por encargo de la India, podían hacer este tipo de trucos. Despegues muy rápidos, frenazos y maniobras impresionantes dan grandes ventajas tácticas a los pilotos de estos cazas, sobre todo en un combate aéreo cercano, llamado “pelea de perros”. El caza MIG-35 rompió su monopolio. 

Es difícil distinguir el caza MIG-35 de MIG-29. Tienen un cuerpo muy parecido, pero la cabina del piloto del primer avión es totalmente distinta, es de cristal, como la de los cazas norteamericanos de quinta generación F-22 Raptor y la del ruso T-50.

La cabina de MIG-35 ya no contiene aparatos mecánicos, sino que todo son pantallas de cristal líquido en las que se refleja la información de vuelo y de combate. “Es un modelo de cabina del caza de quinta generación”, explica Givi Dzhandzhava, jefe de la compañía Tecnocomplex que elabora la aviónica para la aviación rusa.

“Esperamos que el contrato para la construcción de avión de caza que será elaborado a base de las exigencias de las Fuerzas Aéreas de Rusia, se firme en marzo o abril de este año”, comentaron fuentes del Ministerio de Defensa a la agencia Interfax. 

La segunda novedad es el moderno motor de la compañía Klímov RD-ZZOVT (RD-33ОVТ, en sus siglas en ruso). Su tobera puede girar en todas las direcciones y no solamente durante un vuelo “normal” sino también durante el ataque. Esta característica le diferencia del Su-30 MKI o el caza estadounidense F-22. Es decir, MIG-35 es más maniobrable y controlable en todos los regímenes, a toda velocidad y sin ella.

 
El MIG-35 es capaz de alcanzar con éxito sus objetivos tanto en el aire, como en la tierra o en el mar. El caza cuenta con el radar Zhuk-ME que le permite funcionar y levantar mapas de localidades. Además, se ha ampliado la nomenclatura de su armamento, tanto controlable como no controlable. Pero a diferencia de los primeros modelos, el caza es capaz de llevar no 4 sino 6 toneladas de equipamento, lo que le acerca por su capacidad a los cazas pesados (que llevan más de 8 toneladas de equipamento militar).

Hace poco los MIG-35 participaron en un concurso en la India, donde se disputó el suministro de 126 aviones de caza por un valor de 10 mil millones de dólares. Finalmente el avión francés Rafale ganó el concurso. Dicen que entre las razones principales de concesión de suministro de cazas a los franceses está su superioridad tecnológica sobre los aviones de competencia. Además, París prometió entregar a Nueva Delhi la tecnología de producción de estos aviones.

 Sin embargo, las partes no llegaron a un acuerdo sobre el precio final, ni tampoco sobre la entrega de la tecnología de producción. El ministro de defensa de la India, Shri Manohar Parrikar, señaló que el contrato con Rafale le va a resultar muy caro a su país: la compañía Dassault Aviation aumentó el coste de producción del avión el doble, de los 65 millones dólares iniciales hasta los 120 millones. Esto significa, que el coste de la partida completa de 126 aviones sube de los 10.000 millones de dólares a los 28-30.000 millones.
Además, habría que invertir mucho en bombas y cohetes para estos cazas. El ministro de Asuntos Exteriores de la India, Vijay Kumar Singh, señaló el mismo inconveniente y destacó que los multifuncionales cazas rusos Su-30 que se producen bajo licencia en la India ganan a los cazas Rafale por su precio y la seguridad. 

Al final, Nueva Delhi se negó a firmar el contrato con los franceses. Es posible que ahora los militares indios vuelvan su mirada al avión de caza ligero MIG-35 que puede ser lanzado no solamente desde aeródromos sino también desde portaaviones.

Dmitri Litovkin
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