El 25 por ciento del mercado de nuevos buques militares
proyectados corresponde a programas previstos en Asia-Pacífico. El valor del negocio de la defensa naval de estos países ya ha apeado a Europa del segundo puesto mundial, aún liderado por Estados Unidos.
En las próximas dos décadas el conjunto de estas naciones orientales
adquirirá previsiblemente 800 nuevos buques militares. Un centenar de
ellos serán submarinos, lo que convertirá a la zona en el mayor mercado
de este tipo de sistemas del mundo en cuanto a su número, y el segundo
en gasto, tras EE UU.
Así lo afirma Bob Nugent, vicepresidente del departamento de servicios de asesoría de AMI International,
empresa norteamericana especializada en el análisis de marinas de
guerra. Nugent concreta que el pronóstico de su firma es “que las
armadas de la región Asia-Pacífico gastarán un total de 180.000 millones
de dólares hasta 2031 en cerca de 800 nuevos buques, entre
embarcaciones de superficie y submarinos”. Solo en submarinos y en
sistemas de guerra antisubmarina (ASW, por sus siglas
en inglés), representará un centenar de nuevos sumergibles, el 40 por
ciento del mercado total de nuevos submarinos, lo que supone un valor
aproximado de 63.000 millones de dólares.
El interés por potenciar en general las armadas de estos países, recogido en un reportaje de Defense News tras la celebración la semana pasada de la exposición y conferencia bienal de defensa marítima de Singapur (Imdex), lo corroboran distintos responsables de la industria.
El vicepresidente de estrategia internacional y desarrollo de negocios de la firma norteamericana Raytheon, Jim Hvizd, recuerda que más de 60.000 buques transitan cada año por el Estrecho de Malaca, y muchos de ellos con materias energéticas fundamentales para las necesidades de los países de Asia-Pacífico.
Hvizd
explica cómo “las tradicionales disputas por las fronteras terrestres
se han trasladado al medio marino, y cada país está ahora mucho más
centrado en sus respectivas zonas de exclusión económica y en obtener
una plena conciencia del dominio marítimo”.
John Fox presidente de Sistemas Oceánicos L-3,
otra importante firma norteamericana del sector, coincide en la
importancia actual de defender “puertos, áreas de exclusión económicas y
zonas costeras” que se está dando en la zona.
Además influye en
el afán por incrementar la seguridad marítima de la región la carrera de
modernización militar que ha emprendido China, la importancia de la zona para Estados Unidos, los movimientos de Corea del Norte, el aumento del producto interior bruto de la región y la existencia de la amenaza terrorista y de piratería.
Nugent,
de AMI International, estima que de los 180.000 millones calculados
para las armadas de Asia-Pacífico hasta 2031, 26.000 millones
corresponderá a las nuevas adquisiciones de los países más próximos a Occidente: Japón, Corea del Sur y Australia.
Australia, que ya es cliente de España, es un referente clave
Este último destaca especialmente para España, de quien es un destacado cliente. De momento Navantia ya ha vendido a la Armada australiana dos anfibios basados en el Juan Carlos I, doce lanchas de desembarco del tipo LCM-1E, diseño y tecnología para la construcción de tres destructores basados en las fragatas españolas F-100, y podría fabricar, entre otros, buques de aprovisionamiento de combate como el Cantabria, que opera actualmente con Australia a modo de prueba.
Para el futuro destaca en Australia el programa de sustitución de sus viejos submarinos Collins es un “referente clave para el desarrollo submarino de la región Asia-Pacífico”, apunta Nugent.
Malasia e Indonesia
se erigen como dos interesantes mercados para los grandes buques
anfibios, de los que el primero está planeando adquirir uno y el
segundo, cinco, además de nuevos submarinos, contratados junto con Corea del Sur, para su construcción combinada en astilleros locales y extranjeros, y adquiridos a Alemania.
Pero los dos países que más adquisiciones van a hacer son China e India, a cuyas armadas irá a engrosar casi un tercio de todos los buques militares previstos para Asia-Pacífico hasta 2031.
Vietnam
también está adquiriendo nuevos submarinos, además de fragatas y otros
barcos de ataque rápido, aunque Nugent recuerda que se trata de un país
todavía muy dependiente de la fabricación rusa.
Pero el mayor adquiridor de sumergibles de la zona va a ser China, que espera hacerse con 16 nuevas naves, entre convencionales y nucleares, en los próximos cinco años.
Singapur y Tailandia –otro importante cliente tradicional de España, a quien adquirió su portaaviones, similar al Príncipe de Asturias– también van a hacerse con nuevos submarinos.
El arma submarina es un segmento de la industria militar en alza. La publicación especializada ASD Reports
concluye en un informe divulgado hace escasamente un mes que esta
actividad crecerá una media de un 4,2% anual en los próximos diez años.
Este mismo ejercicio se estima en 14.400 millones de dólares lo que
moverá el mercado mundial de sumergibles militares, y en 2023 el negocio
habrá alcanzado previsiblemente los 21.700 millones de dólares.
En su informe, ASD subraya la drástica reducción que este mercado ha experimentado en Occidente tras la Guerra Fría, donde además es un mercado autosuficiente, y apunta hacia los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China)
y el sureste asiático como las regiones a las que se está desplazando
el interés de la industria por hacer negocio con la venta de sus
submarinos militares.
Foto: Ginés Soriano
Infodefensa.com
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