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Según la visión del futuro de Star Trek, la humanidad
ha terminado con la pobreza, el hambre, el racismo... pero no con las
guerras. Las armas de esas guerras futuristas son ahora muy deseadas e
incluso reproducidas.
La guerra y las armas han sido un tema esencial de la trama desde que
la serie Star Trek se estrenó en 1966, ofreciendo una amplia gama de
torpedos de fotones en erupción desde naves espaciales que viajan más
rápido que la velocidad de la luz y que solo pueden ser rechazados por
escudos deflectores que bloquean sus energías mortales.
No importa que mucho de esto sea una fantasía. La cuestión es que el
Pentágono estaría encantado con algunas de estas armas de Star Trek. La
revista estadounidense 'The National Interest' propone considerar las siguientes:
Dispositivo del encubrimiento: Balance del Terror
El sigilo se ha convertido en la característica primordial de diseño de
aviones de combate más avanzados de los Estados Unidos, como el F-22, el
F-35 y el B-2, y de varios buques de guerra.
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Una aeronave de guerra invisible tiene una enorme flexibilidad,
no solo como arma, sino también como nave de transporte o de
reconocimiento. Puede acercarse a un objetivo o evadir las armas
enemigas.
El Balance de Terror es una alegoría perfecta para los peores temores
sobre los aviones furtivos de Estados Unidos, aunque los críticos dicen
que el sigiloso F-35 puede ser derribado…
Transportador de haz (rayo-tractor)
El Pentágono está gastando miles de millones en desarrollar el misil Prompt Global Strike,
que puede impactar en cualquier parte del mundo en media hora. Pero,
¿qué es la posibilidad de dejar caer una bomba o misil al instante? Eso
es exactamente lo que el transportador de Star Trek podría hacer.
© csis.org
Tal vez quienes más deseen obtener este dispositivo casi mágico sean los
comandos de operaciones especiales, para quienes el mero hecho de poder
llegar (o escapar) en un instante a un lugar remoto o fuertemente
defendido significa la mitad del éxito de su misión.
Torpedo de Plasma
El Balance de Terror fue tal vez el episodio de televisión más
influyente en la guerra espacial. El torpedo de plasma parece una mezcla
de grandes misiles chinos diseñados para ahogar portaaviones y de las
masivas bombas antibúnker estadounidenses como, por ejemplo, GBU-57, con
sus 13,6 toneladas de peso.
© www.en.memory-alpha.org/wiki
Además de poder destruir búnkeres y túneles, un torpedo de plasma no
solo podría desintegrar un puesto de avanzada a una milla de
profundidad en un asteroide, sino el asteroide entero también.
El cubo Borg
El cubo Borg es en muchos sentidos el arma perfecta. No solo destruye
las naves enemigas, sino que también las asimila con sus tripulaciones
aumentando el potencial militar del Borg a medida que debilita al
enemigo.
© www.universostartrek.com
En ese sentido, no se trata solo de un buque de guerra convencional.
Es un sistema de operaciones psicológicas, que en lugar de destruir al
enemigo mediante la propaganda, lo vence al asumir el control de su
cerebro. En cierto modo, el modo de actuar del Borg se remonta a los
días de la Guerra de los Treinta Años del siglo XVII, así como a los
Ejércitos de Napoleón y Hitler, cuyos soldados vivían de la tierra
ocupada, saqueando los suministros de las granjas y aldeas.
La Máquina del Juicio Final
La arma más impresionante y más loca de Star Trek, la Máquina del Juicio
Final, fue una nave robótica gigante construida por una raza de otra
galaxia. Se suponía que era capaz de destruir planetas enemigos y luego
engullirlos para usarlos de combustible.
© en.memory-alpha.org
Una alegoría de 1967 de la carrera nuclear de la Guerra Fría, la
Máquina del Juicio Final era un ejemplo de un arma demasiado poderosa.
En su caso, la capacidad de destrucción se convirtió en capacidad de
autodestrucción.
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